La palabra empresa tiene dos 2
significados o distinciones. Uno de ellos viene del significado moderno que
hace referencia a una organización dedicada a alguna actividad productiva con
fines económicos. Y la otra tiene su origen etimológico (latín) y se refiere a
lograr una actividad o tarea con esfuerzo y con cierto riesgo implícito.
Estas actividades, tareas,
esfuerzos, y riesgos serán realizados en base a objetivos y metas planteados
por la misma empresa. Muchos de los obstáculos para lograr dichas metas tienen
que ver con la manera que interactúa su personal para llevar a cabo las tareas
que se requieran cumplir. Para lograr los objetivos entonces se requiere que el
personal tenga cierto número de responsabilidades que realizar y deberá
coordinarse con otros para lograr los resultados esperados.
Ser responsable podrá decirse
fácilmente. Sin embargo, ser responsable al 100% de tus acciones requiere de
valor para tomar riesgos. Ser responsable requiere asumir las consecuencias de
tus resultados.
Mucho de los argumentos que
escucho de individuos cuando no están logrando avances en sus metas es evitar
la responsabilidad de no llegar a los resultados esperados.
Es fácil trasladar la
responsabilidad a otras personas. A nadie le gusta sentirse frustrado, triste,
molesto, irresponsable, etc. Con esto automáticamente se tenderá a no querer
reconocer los propios errores. Las personas tratamos de evitar reconocernos
como incapaces o inútiles. No está en nuestro programa el auto sabotaje. Por
esta razón es más fácil culpar a alguien más de las cosas que nos suceden que
reconocer nuestros propias fallas. Esto es evitar la responsabilidad, esto es
dejar de tener control de nuestra situación.
Reflexiona sobre cuantas veces
has escuchado que alguien dice algo como: “no terminé el reporte porque no me
mandaron la información a tiempo”; o “no le entregamos a tiempo (x cosa) por
que el clima no lo permitió”; “es que le marqué 2 veces y no contestó y no
devolvió la llamada”. Estás y muchísimas más excusas son parte del día a día
dentro de las conversaciones de las personas para evadir su responsabilidad.
Hacerse responsable para que los
compromisos se lleven a cabo tiene que ver con los estados de ánimo cada quien.
Se requiere de honestidad, humildad, valentía, responsabilidad entre otros,
para reconocer donde se está fallando o dónde no se está haciendo todo lo
posible para que los objetivos se logren de manera satisfactoria. Si los
empleados están con estados de ánimo de insatisfacción, estrés, molestia,
desmotivación, inseguridad entre otros, su capacidad de hacerse responsables
estará afectada, al grado de apuntar culpables por todos lados antes de
reconocer lo que sí pudieron haber hecho, tomar control de sí mismos y actuar
con responsabilidad. Estos estados de ánimo afectarán la toma de decisiones y
las formas de trabajar entre las personas para tomar los riesgos y llevar a
cabo las actividades que la empresa requiere para lograr sus metas.
Tú tienes el poder de controlar
tu vida… ¡Úsalo!