Funcionarios estadounidenses están acelerando los planes para ampliar la base naval de Guantánamo con el fin de albergar a un mayor número de migrantes detenidos. Esta iniciativa surge tras la orden del presidente Donald Trump de preparar instalaciones en Guantánamo para alojar hasta 30.000 migrantes.
La semana pasada, la administración de Trump comenzó a trasladar a migrantes a la bahía de Guantánamo en aviones militares estadounidenses.
Esta medida ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, que argumentan que los migrantes detenidos en Guantánamo carecen de acceso adecuado a representación legal y enfrentan condiciones de detención deficientes. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) ha presentado una demanda contra la administración Trump, alegando que los migrantes detenidos en Guantánamo no tienen medios para comunicarse con sus familias o representantes legales.
El Departamento de Seguridad Nacional ha defendido la medida, afirmando que los detenidos tienen acceso telefónico a sus abogados y que la ampliación de las instalaciones es necesaria para gestionar el aumento de migrantes detenidos.
La situación continúa evolucionando, con desafíos legales y logísticos en curso mientras las autoridades estadounidenses buscan implementar esta política migratoria.