La administración del presidente Donald Trump, en colaboración con el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) liderado por Elon Musk, ha iniciado despidos masivos en diversas agencias federales. Según informes, empleados en período de prueba del Departamento de Educación y otras agencias han sido destituidos como parte de esta iniciativa.
Esta medida forma parte de un plan más amplio para reducir el tamaño de la administración pública federal. Los líderes de las agencias han recibido instrucciones para preparar despidos a gran escala, conocidos como reducciones de personal, con el objetivo de optimizar recursos y disminuir el gasto público.
Previamente, la administración había ofrecido a los empleados federales un programa de “baja indemnizada”, que consistía en incentivos financieros para aquellos que optaran por renunciar voluntariamente. Sin embargo, tras la finalización de este programa, se han planificado despidos masivos para los empleados que no aceptaron la oferta inicial.
Estas acciones han generado preocupación entre los empleados federales y los sindicatos, quienes cuestionan la legalidad de las medidas y la falta de transparencia en el proceso. A pesar de ello, la administración continúa con su plan de reestructuración, argumentando la necesidad de reducir el gasto público y aumentar la eficiencia gubernamental.