Sobran los motivos, por:
Jordy R. Abraham Martínez.
JordyAbraham@gmail.com / @JordyAbraham
“El
talento individual gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos”.
Esta frase la hizo famosa el reconocido basquetbolista Michael Jordan,
considerado por muchos como uno de los mejores deportistas de todos los
tiempos. Es probable que esta clase de sabiduría haya sido la responsable de su
trascendental éxito profesional. Estas palabras no representan un gesto vació
de humildad, sino que refieren una gran verdad que no debe ser pasada por alto,
pues la suma de esfuerzos siempre traerá consigo mejores resultados que el
trabajo aislado. Tal como dice un antiguo proverbio: si quieres ir rápido, ve
solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado.
El
trabajo en equipo tiene múltiples ventajas. Cuando se alinean distintas
voluntades para luchar por una misma causa, las metas se tornan más asequibles.
Cada persona cuenta con diferentes cualidades y talentos, por lo que la
conformación de un grupo de colegas, se traduce fácilmente en un espacio en el
que diversos perfiles pueden ser complementarios entre sí. Por consiguiente,
aquello que no es posible realizarse en solitario, puede ser conseguido con el
respaldo de un ente grupal.
La
labor en equipo implica la constante interrelación personal. Es indispensable
desarrollar habilidades como la comunicación asertiva, la empatía y la
conciliación para generar un ambiente de colaboración productivo. Esta tarea no
es sencilla, pero es enormemente redituable, ya que los efectos positivos son
extraordinarios al emprender cualquier proyecto con el soporte de una unidad de
grupo efectiva.
El
trato con individuos con diferentes esquemas mentales suele ser muy
enriquecedor. La experiencia de cada integrante del equipo abona al colectivo.
Siempre hay una oportunidad de aprender algo nuevo cuando coinciden distintas
voces. La pluralidad es una fortaleza en un grupo de trabajo y no un obstáculo.
La inclusión debe ser un principio sobre el cual se establezca cualquier
agrupación que aspire a alcanzar sus propósitos.
El
egoísmo no tiene cabida en un verdadero equipo laboral. Cuando se comprende que
el colectivo se ubica por encima de las individualidades, se llega al estado
óptimo en una sociedad. La vanidad y las ambiciones personales son una afrenta
para los grupos de trabajo. La humildad hace sólidos los vínculos entre los
eslabones que componen la cadena del grupo.
La
comunidad se vería profundamente beneficiada si aquellos ideales propios del
trabajo en equipo, se viesen reflejados en cada aspecto de la vida social. El
bien común solo puede concebirse con el arraigo de una mentalidad colectiva,
que abra las puertas de la inclusión y la participación activa de todos los
miembros de la sociedad.