Ciudad del Vaticano. El cardenal Robert Prevost fue ungido este jueves como el nuevo papa de la Iglesia católica, convirtiéndose en el primer pontífice nacido en Estados Unidos. Adoptando el nombre de León XIV, su elección representa un hito histórico, no solo por su origen norteamericano, sino también por su profunda conexión multicultural y su arraigado vínculo con América Latina.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost es hijo de una pareja estadounidense con raíces extranjeras. Tiene dos hermanos mayores: Louis Martin y John Joseph. Aunque su origen es estadounidense, gran parte de su vocación y vida pastoral ha estado marcada por su experiencia misionera y episcopal en Perú, país al que considera su segundo hogar y cuya ciudadanía adoptó tras vivir allí durante tres décadas.
Durante su tiempo en Perú, fue obispo de la Diócesis de Chiclayo, una comunidad con la que forjó lazos profundos y duraderos. En su primer discurso como pontífice, el ahora papa León XIV sorprendió con unas palabras emotivas en español dedicadas a esa región:
“Un saludo en particular a mi querida Diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo la iglesia fiel de Jesucristo”.
Con su elección, el Vaticano da un paso hacia la diversidad y el reconocimiento de una Iglesia verdaderamente global, donde las raíces culturales y el trabajo pastoral en comunidades alejadas del centro romano cobran un renovado protagonismo. La figura de León XIV promete un pontificado con una mirada más amplia, inclusiva y cercana a las realidades del sur global.
