El Gobierno de México ha implementado una nueva regulación que prohíbe la venta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas en las escuelas del país, con el objetivo de fomentar hábitos alimenticios más saludables entre los estudiantes y combatir la creciente tasa de obesidad infantil.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), entre el 36% y el 40% de los niños y adolescentes mayores de cinco años en México presentan sobrepeso u obesidad, lo que ha llevado al gobierno a tomar medidas más estrictas en el entorno escolar.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha publicado un manual que establece lineamientos claros sobre los alimentos permitidos y prohibidos dentro de las escuelas. Entre los alimentos recomendados se encuentran frutas y verduras frescas, cereales integrales, proteínas magras y lácteos sin azúcares añadidos. Por otro lado, se prohíbe la venta de productos como frituras, donas, hamburguesas, jugos envasados y refrescos, así como cualquier alimento que contenga sellos de advertencia por altos contenidos de grasas, azúcares o sodio.
Esta iniciativa también busca reducir la incidencia de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares, que están relacionadas con la obesidad desde edades tempranas. El gobierno ha instado a los padres de familia a apoyar esta medida preparando comidas saludables en casa y fomentando hábitos alimenticios adecuados en sus hijos.
La implementación de esta regulación enfrenta desafíos, especialmente en lo que respecta a la supervisión y cumplimiento en las más de 255,000 escuelas del país, así como en el control de la venta de alimentos por parte de vendedores ambulantes en las inmediaciones de los planteles educativos. Sin embargo, las autoridades confían en que, con la colaboración de la comunidad educativa y los padres de familia, se logrará un impacto positivo en la salud de los estudiantes mexicanos.