Las mil y un verdades, por:
Demetrio Gerardo Correa Ceballos.
Mucho se ha hablado sobre los encuentros que nuestro país ha llevado acabo con nuestros países vecinos del norte, acerca de la renegociación del “Tratado de Libre Comercio de América del Norte” conocido también como TLC, TLCAN o NAFTA (North American Free Trade Agreement); por sus siglas en inglés, pero muchos no saben por qué se llevan a cabo éstas. El Tratado fue firmado el día 17 de diciembre de 1992, y entró en vigor hasta el 1º de enero de 1994. A partir de ese momento, nuestro país atrajo los ojos del mundo y se convirtió en un centro de atracción de inversiones.
La pregunta general es ¿Qué pasará con México si Estados Unidos decide salirse del TLC?, es una gran interrogante que hasta el momento deja muchas dudas e inquietudes, ya que a pesar de haberse realizado la Sexta ronda de negociación para modernizar y actualizar dicho Tratado, todavía existe incertidumbre y un gran interés por saber que sucederá. Nuestro país al igual que Canadá mantuvo una posición firme en contra de las propuestas inaceptables de los Estados Unidos, por lo que esta ronda de negociación, se perfiló con mayor apertura a fin de salvar el Tratado que ha durado 24 años, y que representa un comercio trilateral de un billón de dólares. Considero que para entender mejor este asunto debemos conocer un poco más acerca del panorama que rodea la renegociación del TLC y conocer que tanto es verdad y que tanto es mentira.
El TLC es un acuerdo global que establece las reglas para el comercio internacional y la inversión entre Canadá, Estados Unidos y México. El acuerdo está conformado de ocho secciones, 22 capítulos y 2,000 páginas, con la finalidad de otorgar a los países involucrados el estatus de nación “más favorecida”, es decir, que cuenten con las mejores condiciones de comercio entre ellos; eliminen los obstáculos al comercio y faciliten la circulación transfronteriza de bienes y servicios; promuevan condiciones de competencia justa; aumenten las oportunidades de inversión; proporcionen protección y cumplimiento de los derechos de propiedad intelectual; así como establecer los procedimientos para la resolución de disputas comerciales e implantar un marco para una mayor cooperación trilateral, regional y multilateral para ampliar los beneficios del acuerdo comercial.
El Presidente Trump ha calificado al TLC como el “peor acuerdo de comercio” que ha celebrado su País, pues alega, que ha generado pérdidas de empleos y producción manufacturera. Pero muchos estudios han demostrado que los efectos negativos sobre el empleo neto de la industria manufacturera en los Estados Unidos, han sido pequeños e inexistentes. El comercio entre los Estados Unidos y México creció de manera rápida a partir de 1994, por lo que actualmente asciende a más de 500,000 millones por año, otorgando a los Estados Unidos el título del mayor socio comercial de nuestro país en materia de mercaderías. Por su parte, México es el tercer mayor socio comercial de los Estados Unidos; sólo después de Canadá y China. Entre los Estados Unidos y nuestro país no solo se intercambian bienes entre sí, sino que producen bienes entre sí, ya que forman parte de un equipo dentro de las cadenas de suministro, con empresas en cada país que agregan un valor en diferentes puntos del proceso de producción.
El Presidente Trump señala que la aplicación de altos aranceles a las importaciones procedentes de México, alentarían a las empresas estadounidenses a conservar y mantener la producción y el empleo en su país, pero lo que no considera, es que esos aranceles perturbarían las cadenas de suministro transfronterizas, reduciendo con ello, tanto las exportaciones de productos intermedios a México, como las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos. Un ejemplo claro de esto, sería la industria del automóvil, ya que los automóviles representan la mayor exportación de México a Estados Unidos.
Por otro lado, un estudio reveló que casi cinco millones de empleos en Estados Unidos dependen del Tratado con México, ya que las importaciones procedentes de nuestro país, crean un mercado para las exportaciones de los Estados Unidos, pues proporcionan insumos a precios competitivos para la producción y bajan los precios de los bienes para los consumidores estadounidenses. La administración de Trump, quiere proponer las normas de origen del TLC, ya que las reglas actuales dictaminan que solo el 62.5% del contenido de un automóvil debe originarse dentro de un país del TLC, con la finalidad de calificar y obtener un arancel al 0%, ya que esto ha convertido a México, en un lugar importante para el montaje de partes producidas en Asia en productos finales manufacturados para su venta en Estados Unidos o Canadá.
Si la propuesta de Trump tiene éxito, de aumentar la proporción de contenido que debe producirse dentro del TLC para calificar en aranceles 0%, el beneficio seria tanto para los Estados Unidos, como para México, ya que ambos países podrían recuperar partes de la cadena de suministro de fabricación, que han perdido ante proveedores extranjeros. Lo mismo pasaría si se aplican “reglas de origen” de manera más estricta, ya que esto, impulsaría la inversión de proveedores extranjeros en la producción y el empleo en ambas naciones. Últimamente, el Presidente Trump ha bajado las amenazas de retirarse del TLC, así como imponer altos aranceles unilaterales a las importaciones mexicanas, ya que sus funcionarios de comercio están solicitando restablecer los aranceles como mecanismos temporales de “salvaguardia” con la finalidad de proteger las industrias estadounidenses de los aumentos de las importaciones.
Es claro que a Estados Unidos le interesa que nuestro país cuente con una economía fuerte y estable, pero la incertidumbre sobre el destino del TLC, ya ha afectado a la economía mexicana. Se habla mucho de que México se ha beneficiado ampliamente de este Tratado, pero no se comentan los aspectos desfavorables, tan solo en el 2014, Estados Unidos exportó mercancía con valor de 267 billones de dólares, por su parte, nuestro país ocupa el segundo lugar para las exportaciones estadounidenses, ya que el 40% del contenido de las importaciones de México, provienen del vecino país.
Para finalizar, me pregunto: ¿El TLC ha dado más ventajas a los mexicanos o a los estadounidenses?, los mismos empresarios estadounidenses han realizado peticiones al presidente Trump, para que no se retire del TLC, ya que afectaría en gran medida su producción, ventas y utilidades. Considero que Donald Trump por su propia decisión, no renunciara al Tratado ya que debe estar aprobado por el Congreso de su país y tiene que existir una denuncia de su parte, acorde a lo establecido en el artículo 2205 del TLC. Si Estados Unidos renuncia al Tratado, también renunciaría a la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que el TLC ha sido implementado y regulado bajo las reglas de esta organización. No olvidemos que México ahora es considerado por muchos países como un socio interesante, y creo los Estados Unidos tienen más que perder, si en este momento renunciaran al TLC. México es otro, comparado al del año de 1994, ahora somos un país con un gran futuro por delante, y hemos demostrado al mundo entero, que somos capaces de vencer cualquier adversidad que se nos presente.