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“Es como acabar con los borrachos, cerrando todas las cantinas”

Francisco Garfias
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Arsenal, por: Francisco Garfias.

La solución más rápida al desabasto de
combustibles sería reabrir los ductos. Las cuatro mil pipas y carrotanques
disponibles no alcanzan para abastecer gasolinas y diesel alrededor del país.
Se necesitan 12 mil.

Pero el presidente López Obrador no piensa
doblar las manos. Lo dijo en una de sus conferencias mañaneras. Parecería una
derrota de su estrategia de lucha contra el robo de combustibles. Sería tanto
como admitir que se equivocó, y eso no va a suceder.

“Sería fácil abrir los ductos y decir: ‘se
normalizó ya la situación’, pero mantener a sabiendas el robo, es decir,
aceptar, tolerar el robo, no lo vamos a hacer”, advirtió el primer mandatario.

AMLO pidió a los ciudadanos no realizar
compras de pánico, ni hacer caso de “informaciones alarmistas”. No lo
escucharon. Los consumidores atiborraron las gasolinerías que todavía dan
servicio.

El humor social empeoró. El problema crece
en lugar de normalizarse y con ello las críticas al mero-mero de la 4ª
Transformación, quien está convertido en el vocero oficial y único en esta
crisis de desabasto de gasolinas.

Las críticas directas al Presidente son
cada vez más ácidas. “Veo a López Obrador cada vez más Maduro”, leímos ayer en
las “benditas redes sociales”, que ya están muy “fifís”.

El reporte del desabasto, en esta semana,
es que nueve entidades, que congregan 260 municipios, están afectadas.

En el Estado de México, 130 estaciones de
servicio están cerradas. En Michoacán son 320 en la misma situación. En
Jalisco, 581; en Guanajuato, 520; y en Querétaro 90. El Aeropuerto de
Internacional de Querétaro reporta que se agotan sus reservas de turbosina.

El promedio nacional de abastecimiento o
autonomía es de 3.1 días. De acuerdo con la Secretaría de Energía los días de
aprovisionamiento de gasolina por región son: en el Noroeste 8.5 días, en
occidente dos días, en el centro 1 día, en el norte, 7.6 días; en el Golfo, 4.5
días; noreste, 2.2 días; sureste, 1.9 días y en el sur 3.1 días.

Comentamos el tema con el excomisionado
Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido. Está preocupado por lo que
asoma. Por el “maniqueísmo” que aparece de un lado y el otro. Esos irónicos
memes, que rayan en lo ofensivo, reflejan la polarización que vivimos.

Rubido ve cómo el ambiente se descompone.
Se respira crispación social. Percibe riesgos de bloqueos, si el desabasto de
gasolina acaba por envenenar el humor social.

Y no parece haber margen para la
tolerancia.

El problema es complejo. Muy complejo. Hay
combustible suficiente, pero las pipas no alcanzan para estabilizar el abasto.
Mientras más se alargue la crisis, el descontento será mayor. “Podemos estar
secando el campo para que se genere una chispa”, advirtió el excomisionado.

El hombre es partidario de buscar un
mecanismo para cerrar filas en torno al presidente AMLO. “Hay que serenar este
país. Es el único que tenemos”, nos dijo.

Esta semana también me desperté con el
desplegado de Carlos Romero Deschamps. Lo leí apenas abrí mi celular. No era un
sueño que había recuperado mi memoria. No.

Las palabras aparecían en la iluminada
pantalla del dispositivo. El líder del sindicato petrolero, priista de toda la
vida, se suma a la “valiente lucha” de AMLO contra la corrupción en Pemex.

¿En serio? ¿Aunque esa lucha salpique al
sindicato y a sus cabezas? El propio dirigente del STPRM tendría que ser
investigado a fondo. Él y su familia tienen un estilo de vida opulento que no
corresponde a un sindicalista honesto.

Romero carga con señalamientos sobre
millonarios desvíos de recursos. ¿Recuerda el Pemexgate?

Pero el sindicalista también sabe de la
postura de AMLO de aplicar el “punto final” a los corruptos del pasado. No los investigará
para no distraer tareas de futuro.

El final del texto, firmado por Romero
Deschamps, es conmovedor:

“El gobierno está haciendo lo correcto. El
sindicato apoya el cambio”.

El tema de la crisis del desabasto de
combustibles llegó ya al Congreso. Se discutió en la Comisión Permanente.
Diputados y senadores acordaron, por unanimidad, citar a comparecer a los
titulares de la SHCP, Energía, Pemex y Profeco.

Los legisladores, incluidos morenos, piden
explicaciones sobre la estrategia de lucha contra el robo de combustibles.

La oposición, además, quiere respuestas a
las suficientes preguntas: ¿Cuántas pipas se han contratado? ¿A quién
pertenecen? ¿Cuánto dinero le está costando a los mexicanos este nuevo sistema
de abasto?

¿Cuánto ha significado en pérdidas para
industrias y comercio del país? ¿Cuánta gasolina hay en Pemex en este momento? ¿Qué
tiempo tenemos garantizado el abasto para todo el país?

La intervención que llamó más la atención
de los medios de comunicación fue la de la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez.
Citó al clásico Paco Ignacio Taibo II, para dar a conocer sus puntos de vista:

“Vamos a llamar a las cosas por su nombre.
Dejemos de decir que no hay desabasto. Sí hay desabasto y estamos aquí para
ayudar a resolverlo. Más nos vale que vayamos abriendo los ductos. Se los dice
una ingeniera que de esto sí le sabe.

“El problema es que aquí se quiso, por
ejemplo, hacer campeón al Cruz Azul, quitando a todos los equipos de futbol.
Así, me canso ganso que gana el Cruz Azul el campeonato. O es como si queremos
acabar con los borrachos, cerrando todas las cantinas…”.

Pues sí.

Francisco Garfias
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