El brindis fue de verdad. Como de verdad es el que es un Cid de nuestros días, sencillo y campechano, ser del que se puede hablar, con elogios, en un formidable desayuno de amigos. El brindis fue igual: sincero, sereno, emotivo.
Se brinda con una copa de vino tinto y cae una gota roja sobre el mantel y lo inunda todo de belleza y vida, de alma y grandeza. Justo así fue el brindis: el color de la tarde, la llama de lo que importa, la importancia del toreo y la pasión de las faenas…
El brindis nació entre el respeto y eso tan puro y hermoso que se llama admiración. Y creció entre el viento huracanado que ayer refrescaba la plaza de Valladolid. El brindis fue pacto de caballeros, oración de toreros y entrega de sensaciones…
Fue Pablo Aguado brindando. Fue Jiménez Fortes sonriendo…
Dedicado a Pablo Aguado
A Jiménez Fortes
Al toreo
A un desayuno magistral
A Pablo
A mi Luis
A los brindis que me gustan. Me gustan los de mi mago y los de Morante y Juli, mucho
A la verdad
Cada Cid de hoy
A Sara