Entonces llegaron las tardes largas. Las que se estiraban mucho, más, y seguían siendo enormes. Eran tan bonitas como las de siempre, pero diferentes. Algo se había llevado la alegría de julio, del verano, de los atardeceres tardíos.
Y ellos se pusieron a pensar.
En la vida habitan los que piensan mal, los que no piensan en absoluto, los que piensan bien e incluso muy bien. Ellos, al igual que el Genio del toreo, pensaban muy bien. Porque para hacerlo se necesitan ganas, cultura, sensibilidad, alma, entrega..
Y esas cosas las tenían.
Y pensaron un tiempo, ni pequeño ni grande ni perdido, simplemente un tiempo de sonido y trabajo. Y concibieron una idea. Y resulta y resultó que la idea fue hermosa, como lo son las cosas que se hacen con el corazón y sin mentiras.
Y pronto la idea será relatada en un cuento!
Dedicado a Albriux: el mejor
A la idea
Al toreo y a cada genio del toreo
A la memoria de Joaquín Ramos: sabio del toreo
A mi Luis
A los que tienen ideas propias
Jamás a los imbéciles que copian ideas ajenas
A las personas con sensibilidad
Y a las tardes de julio