La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, condenó la interceptación de la flotilla humanitaria Global Sumud llevada a cabo por el ejército israelí, y exigió la liberación inmediata de seis ciudadanos mexicanos que formaban parte de la misión.
Según Sheinbaum, esos mexicanos “no han cometido ningún delito” y “tienen que entregarlos de inmediato”. El gobierno mexicano sostuvo que la misión de la flotilla era “pacífica y solidaria, sin vínculos con grupos violentos”.
Los detenidos fueron identificados como Carlos Pérez, Ernesto Ledesma, Sol González, Arlín Gabriela Medrano, Laura Alejandra Vélez Ruiz y Diego Vázquez. De acuerdo con informes, los mexicanos fueron trasladados al centro de detención de Ketziot, ubicado cerca de la frontera con Egipto.
El contexto más amplio es el intento de la flotilla Global Sumud de romper el bloqueo marítimo impuesto por Israel sobre Gaza, en medio del conflicto que enfrenta a ese país con grupos palestinos. Israel interceptó decenas de embarcaciones que formaban parte de la flotilla, deteniendo a cerca de 450 activistas provenientes de múltiples países. En particular, el buque “Marinette” fue abordado al final del recorrido.
En reacción diplomática, México ha hecho un reclamo público y exigido el retorno inmediato de sus ciudadanos. Sheinbaum insistió en que no se incurrió en acción alguna que justificara detención o sanción.
Este incidente con los mexicanos es apenas una pieza del amplio enfrentamiento humanitario y político que rodea a la crisis en Gaza, en el que las acciones de organizaciones civiles, protestas internacionales y maniobras militares se entrelazan en medio de una escalada de confrontaciones.
