En una sesión extraordinaria desarrollada durante la noche del 9 al 10 de octubre de 2025, el Congreso de Perú aprobó la destitución de la presidenta Dina Boluarte al declararla responsable de “incapacidad moral permanente”.
El retiro del apoyo parlamentario fue impulsado por una creciente crisis en seguridad pública, acusaciones de corrupción y la disolución abrupta de alianzas políticas que, hasta ahora, la habían sostenido.
Durante la votación, 118 de los 122 congresistas presentes votaron a favor de su destitución; no se registraron votos en contra ni abstenciones. Al no presentarse para ejercer su derecho de defensa, el Congreso procedió con la moción.
En consecuencia, el presidente del Congreso, José Jerí, fue juramentado como jefe del Ejecutivo interino, conforme a la sucesión constitucional. En su discurso inicial, Jerí declaró una “guerra a la delincuencia” y solicitó la cooperación de la policía, las fuerzas armadas, el Poder Judicial y la Fiscalía para enfrentar el desafío del crimen organizado.
La destitución ocurrió apenas seis meses antes de las elecciones generales programadas para abril de 2026, cuando se renovará la presidencia, la Cámara de Diputados y el Senado.
Dina Boluarte había asumido el cargo el 7 de diciembre de 2022 tras la destitución del expresidente Pedro Castillo, bajo acusaciones de intento de disolver el Parlamento. Durante sus años en el poder enfrentó constantes peticiones de vacancia —al menos ocho previamente—, pero ninguna logró respaldo suficiente hasta este momento.
El quiebre político se precipitó cuando fuerzas que antes la respaldaban, como varios partidos de derecha, retiraron su apoyo y promovieron las mociones contra ella. Se le imputaron delitos de enriquecimiento ilícito —como el uso de relojes de lujo—, y se le acusó de que su gestión fue incapaz de contener la criminalidad creciente.
La abrupta destitución de Dina Boluarte marca otro episodio más en la persistente inestabilidad política que ha caracterizado a Perú en los últimos años, con cambios frecuentes de mando, luchas de poder y altas expectativas sociales.
