La Ilusión era blanca. Como la pureza y la verdad y los vestidos de Primera Comunión. Sabía a sal y a mar, a todo lo que importa, a Sevilla en Cuaresma, a tomillo, a café bien hecho y a beso bien dado y a vino. Brindar con vino es vivir.
La Ilusión era arrebatada y enérgica. Libre. Trabajadora infatigable. Era honesta y de ole, taurina y cabal, flamenca y única. Se pasaba las horas, los días, las meses.. construyendo realidades que alimentaba con la esperanza.
La Ilusión sabía que la verdad solo tiene un camino. Y seguía ese camino..
Dedicado a la verdad
A la ilusión
A Luis
A Lourdes
Al flamenco
Al toreo
Y a la esperanza