Por: Jorge Valladares Sánchez.*
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Le he estado dando vueltas y vueltas al tema, y lo más complicado es lograr poner en un par de cuartillas la claridad suficiente para hacer un planteamiento útil sobre el tema de la llamada consulta popular para el juicio a expresidentes.
Debo apuntar que el tema me compromete personalmente, porque desde hace más de 5 años he dedicado la mayor parte de mis horas laborales, exposiciones, conversaciones y trabajos a impulsar que en nuestro País la ciudadanía se fortalezca y planteando entre otros recursos el buen uso de los mecanismos de participación ciudadana que la ley dispone. Pero esto es otra cosa. Y quiero escribir algo que realmente aclare y sirva a quien guste leerlo.
Como en varios temas, hoy en México, hay básicamente dos posturas visibles al respecto, contrarias, claramente antagónicas, aparentemente irreconciliables. Pero en realidad, ya metidos en el análisis, aparecen muchas más variantes, dada la complejidad técnica, legal, administrativa, social y política del tema. Entre mis propósitos (utopistas, sí) está el que las notas que pueda aportar sean conversables con quien defienda cualquiera de las posturas.
En esas andaba, cuando el buen Chente, me distrajo con su inconfundible voz, entonando esa maravilla de tema: Mujeres Divinas. Confieso que fue un relajamiento respecto a la presión para plasmar e hilvanar las ideas que se agitan en mi cabeza. Y, así, como la magia que la música produce, saltó mi vena de compositor (venita chiquitita, en realidad, no se crean que una vena cava) y cuando me di cuenta ya había pospuesto el artículo y completado una versión alternativa, hablando de consultas, en vez de mujeres divinas.
Les dejo la letra, a reserva de que un día que me tomen la palabra de conversar, pongamos el karaoke y le demos color con la voz y calor con un buen tequila.
Hablando de consultas populares
llegamos a mitad de este sexenio
“quisiéramos que a juicio los llevares,
pero nos das la vuelta con ingenio”.
Ya electo, que nos dice el Caballero,
aquel que denunciaba tanta tranza,
“mejor ya no lo hagamos compañeros,
¡no quiero!, no es mi fuerte la venganza.
Un ochenta por ciento de la gente,
pensando que muy mal nos gobernaron,
le dijo: “si tú eres diferente,
castiga a quienes ya nos traicionaron.
Si quieres el respeto Presidente,
pues, cumple tantos que por ti votaron.
Trataron que la gente sea quien pida
o que los Senadores: dos fracasos.
Tuvieron que lanzarla precavida
la Corte su pregunta hizo pedazos.
¿Estás de acuerdo o no con que se lleven
a cabo las acciones pertinentes…
decenas de palabras, ¡ni se entienden!,
ni se refieren ya a los Presidentes.
Las ganas de votar nos las arruinan
porque logrando el cuarenta por ciento,
y aunque ganara el sí como adivinan
va a ser sólo el inicio de otro cuento.
En vez de hacer consultas tan divinas
compren esos millones en medicamento.
Me curo en salud, aclarando que ni compositores ni cantantes coinciden con todas las letras de sus canciones, de allí que primero le creyéramos al Príncipe de la Canción que el amor no conoce el final y luego que el Amor acaba, en ambos casos aconsejado por Manuel Alejandro. Ya cuando complete lo que andaba escribiendo clarificaré mi postura, por ahorita sólo estaba calentando la voz.
Pero mientras, ahí les dejo el tema, al cabo que en México cantamos bien las rancheras y no nos gusta que nos lleven al baile.
*Jorge Valladares Sánchez
Papá, Ciudadano, Consultor.
Doctor en Ciencias Sociales.
Doctor en Derechos Humanos.
Especialista en Psicología y Licenciado en Derecho.
Presidente 2011-2014 del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán.