La Revista

No crearon la vacuna… Pero la trajeron

Pascal Beltrán del Rio
Pascal Beltrán del Rio
Sígueme en redes sociales:

Por Pascal Beltrán del Río

La calle Doctor Balmis corta en dos la colonia
capitalina dedicada a la memoria de los médicos del siglo XIX que hicieron
alguna contribución relevante al país. Corre de oriente a poniente, entre
avenida Cuauhtémoc y Eje Central.

Francisco Xavier de Balmis y Berenguer (1753-1819)
es uno de los contados médicos extranjeros cuyo nombre se puso a una calle en
la colonia de los Doctores.

Nacido en Alicante, España, estudió medicina en la
Universidad de Valencia. En 1779 se trasladó a la Nueva España, donde se
convirtió en el primer cirujano del Hospital de San Juan de Dios, en Valladolid
(hoy Morelia). Allí realizó estudios sobre enfermedades de transmisión sexual.

Un día se presentó en el hospital un curandero
indígena, llamado Tomás de Viana, quien decía que podía curar la sífilis con un
maguey que crecía en la región de Pátzcuaro. Balmis experimentó con el remedio
y, de regreso en España, publicó, en 1794, su Tratado de las virtudes del agave
y la begonia.

En 1798, Edward Jenner, el llamado padre de la
inmunología, dio a conocer sus observaciones sobre la viruela, demostrando la
eficacia de la vacuna como método preventivo. Balmis se enteró de ellas leyendo
el Tratado histórico y práctico de la vacuna, publicado en 1801 por el médico y
anatomista francés Jacques-Louis Moreau de la Sarthe, mismo que tradujo al
español.

Para entonces, Balmis ya era miembro de la Real
Academia Médica de Madrid y “físico honorario de Cámara” del rey Carlos IV. El
monarca se mostró sensible a la novedad científica, pues la viruela le había
arrebatado a una hija, de apenas tres años de edad, y a un hermano. Además,
tenía conocimiento de los efectos devastadores de la viruela en los territorios
españoles de ultramar, reportados por el marino italiano Alessandro Malaspina,
quien realizó un viaje de exploración por las Américas entre 1789 y 1794.

En 1803, ocho meses después de haber sido informado
de las ventajas de la vacunación, el rey envió a Balmis a recorrer los
territorios de ultramar al frente de la Real Expedición Filantrópica. Ésta se
embarcó en La Coruña, a bordo de la corbeta María Pita, el 30 de noviembre de
ese año. El propósito era llevar la vacuna a los súbditos del reino. El mayor
reto era cómo transportarla. Esto se resolvió llevando un grupo de veintidós
niños, los cuales fueron inoculados con el virus por parejas.

En 1804, la expedición llegó a Venezuela, donde se
dividió. Balmis partió hacia el norte, hacia Puerto Rico, Cuba y la Nueva
España. Aunque hay evidencias de que los ingleses llegaron con la vacuna antes
que los españoles, éstos tuvieron el mérito de asegurar su conservación y
llevarla por todo el continente.

En Nueva España pisó primero el puerto de Sisal, por
lo que es probable que el primer vacunado aquí contra la viruela haya sido
yucateco. De ahí, pasó por Campeche, Ciudad del Carmen, Veracruz, Puebla,
Ciudad de México, San Juan del Río, Querétaro, Guanajuato, León,
Aguascalientes, Zacatecas, Sombrerete y Durango. En todos lados, dicen las
crónicas de la época, fue recibido con entusiasmo. En cada ciudad preparó a
médicos para llevar el descubrimiento a distintos pueblos. Balmis se embarcó en
Acapulco hacia Manila, pero regresó en los albores de la Guerra de
Independencia para constatar los efectos de la vacunación.

En su conferencia mañanera del miércoles 22, el
presidente Andrés Manuel López Obrador argumentó que la Conquista no había
traído progreso.

“¿Qué adelanto tuvimos? Sí la universidad, sí la
imprenta, sí otras cosas, desde luego. Pero cuando llegaron los conquistadores,
lo que es México hoy contaba con 16 millones de habitantes y tres siglos
después México apenas tenía ocho millones, porque se trajo la viruela, y en
tres siglos ni siquiera fueron capaces de crear una vacuna; lo que ahora llevó
un año en aquel entonces consumió tres siglos. Entonces, ¿dónde está el
adelanto?”.

Lo que dice la historia, con la que no hay que
reñir, es que la vacuna contra la viruela se creó apenas en 1796, y para 1804
ya había llegado a la Nueva España de la mano de Balmis, el médico español cuya
contribución ha sido reconocida por México. Tan es así que hasta calle tiene.

Pascal Beltrán del Rio
Pascal Beltrán del Rio
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último