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Redes del enredo

Bernardo Graue Toussaint
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Para Mónica y Maru, con todo mi amor

No dejo de reconocer la importancia y la influencia que el internet y las redes sociales aportan al mundo. Sin embargo, no deja de preocuparme diversos aspectos que influyen negativamente en el desarrollo de las sociedades democráticas.

Si bien las redes sociales propician libertad de expresión, también *están generando una fascinación -en ciertos sectores sociales- por el pleito, por el enfrentamiento, cuyo premio son las aprobaciones (likes) o el incremento del número de “seguidores”*. Por cierto, este término de “seguidores” siempre me ha parecido patético. Ya me imagino que muchos personajes -que en su vida han aportado nada a la comunidad-, de repente se dan cuenta que entre más bronca desencadenan en la red, mayor número de “aprobaciones” de sus “seguidores” o “discípulos” les producen. *Por eso luego se encuentra en Twitter a auténticos Talibanes dispuestos a machacar a insultos, mofas y descalificaciones a media humanidad, con tal de mantener fascinada a su “feligresía” digital*.

Otro de los aspectos que preocupan está relacionado con *el honor, con el derecho, con la justicia*. Muchos de los debates que se producen en las redes, se llenan de opiniones ciudadanas sin sustento alguno en materia jurídica, lanzando acusaciones o aseveraciones a diestra y siniestra, *sin importar si se atenta contra la verdad o el honor y prestigio de terceros*.

Igualmente vemos cómo las mentiras son usadas como arma arrojadiza que, seguramente, los usuarios no se atreverían a lanzar cara a cara. En este sentido, *las redes propician un cobarde anonimato que causa mucho, mucho daño social. Insultar a alguien en Twitter o Instagram es sencillísimo, porque no verás las consecuencias directas de tu cobardía*.

Sin bien es sano y necesario que la sociedad se exprese con libertad, *en las redes observamos poca cercanía o empatía, sino más bien la formación de bandos radicales en favor o en contra de una determinada situación a debate. Lo anterior, lejos de armonizar a la comunidad, propicia el enfrentamiento verbal entre ciudadanos que es aprovechado (y muchas veces propiciado) por los políticos y sus partidos, para sus particulares causas*.

Tengo claro que si bien el internet y *las redes proporcionan muchísima información, esto no representa que, por ello, esa sociedad o ciudadanos tengan más conocimiento en la materia. Datos y conocimiento no son sinónimos*. Se puede propiciar una sociedad más informada, pero no garantiza que esa misma sociedad sea levemente conocedora de la materia. *De ahí que muchos de los debates en las redes se convierten en auténticas odas a la estupidez*.

Pues sí, me gusta que existan el internet y las redes sociales. *Me maravilla el poder de comunicación que implica. Cristóbal Colón y muchos navegantes de antaño tenían que esperar largos meses para recibir respuestas a las misivas que mandaban al otro lado de la Tierra. No cabe duda que el mundo se ha vuelto pequeño y que el tiempo corre más rápido*. Así como confieso esa admiración por las redes y el mundo digital, al mismo tiempo me preocupa que éstas puedan facilitar la propagación de la mentira, del engaño, del insulto y el distanciamiento entre ciudadanos, *en momentos en que (más que nunca) la humanidad está urgida de solidaridad, de empatía y de generosidad. Hay que decirlo…*

graue.cap@gmail.com

Bernardo Graue Toussaint
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