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Más y mejor información, para construcciones más verdes

Raul Monforte González
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Construyendo, por: Raúl Asís Monforte González. 

E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

La expectativa global de crecimiento a futuro de la
industria de la construcción, equivale a construir una nueva ciudad de Nueva
York cada mes durante los próximos 40 años. Y sin duda una gran parte de esta
construcción nueva usará concreto, el segundo producto más consumido del mundo
después del agua.

Hay tres materiales que son especialmente comunes y
repetitivos en toda obra de construcción, y que son altamente intensivos en
carbono: el acero, el cemento y el concreto. En su producción es necesario
sostener durante todo el tiempo muy altas temperaturas, lo que demanda una
enorme cantidad de energía, que hoy aún depende de los combustibles fósiles.
Por esa razón, entre los tres contribuyen con alrededor del 50 por ciento de las
emisiones industriales de dióxido de carbono de todo nuestro planeta a la
atmósfera.

Hemos observado en los últimos años, una creciente
preocupación, concientización y convencimiento en la mayoría de las personas,
acerca de la necesidad de descarbonizar la economía y de transitar a un mundo
neutral en emisiones en el año 2050, pero aun cuando ésto es una buena noticia,
continúa siendo notoriamente insuficiente para alcanzar los objetivos.

Siendo tan relevante el asunto de las emisiones en las
construcciones, los esfuerzos por reducirlas o de plano eliminarlas en este
sector, tendrían un impacto realmente significativo en la meta global. Sin
embargo, es difícil organizar y estructurar la contribución individual,
gubernamental o corporativa especialmente porque las personas y las
organizaciones carecen de información suficiente y confiable que les permita
decidir qué productos comprar o consumir al llevar a cabo un proyecto de
construcción.

Y si el esfuerzo individual ya contribuye bastante,
imaginemos los grandes avances que podrían lograrse si los gobiernos de todo el
mundo por ejemplo, pudieran tomar decisiones más inteligentes y sostenibles de
compra, teniendo en cuenta que las contrataciones de obra pública representan
el 25 por ciento de la demanda total mundial de acero, y el 40 por ciento de la
de cemento. O el enorme aporte que significaría una gran coalición de empresas
constructoras, que se propusiera generar, difundir y utilizar información que
permita encauzar mejor estas acciones.

Con esto, quiero destacar la importancia de contar con
información en la que pueda realmente confiarse. Con el auge de la
concientización, muchos productos están generando etiquetas que informan al
público sus esfuerzos por hacerse más verdes, para así atraer a las personas
preocupadas en este tema y conseguir que los compren, pero no contamos con
criterios unificados, estandarizados e imparciales que permitan evaluar y
comparar para orientar las decisiones.

Existen iniciativas de algunos países y organizaciones
en ese sentido, pero aún falta mucho por avanzar.

Si de verdad queremos alcanzar el objetivo “net zero”
en 2050, urge encontrar el modo de generar una mayor cantidad y calidad de
información, para monitorear, reportar y difundir el progreso de los esfuerzos
de descarbonización de las construcciones, y así hacerlas más verdes y
sostenibles.

Raul Monforte González
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