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Conceptos clave cuando hablamos de la transición energética

Raul Monforte González
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Construyendo, por: Raúl Asís Monforte González. 

E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

Cuando hablamos de transición energética,
necesariamente tenemos que referirnos al avance de las energías renovables que
deben ir sustituyendo gradualmente pero cada vez más rápido a los combustibles
fósiles, paralelamente al despliegue de otras tecnologías complementarias como
el almacenamiento ya sea en baterías o en otras formas, el monitoreo y control
mediante inteligencia artificial, y en general de la descarbonización de la economía,
con sus respectivos plazos y metas intermedias.

Pero conviene puntualizar algunos conceptos clave que
parecen estar entendiéndose hasta el momento de manera inadecuada.

En primer lugar tenemos que establecer con claridad
que la transición está siendo impulsada por el crecimiento exponencial que
experimentan las energías renovables, en particular la solar y la eólica, con
cerca de la totalidad de la adición de nueva capacidad de generación eléctrica
en todo el planeta proveniente de estas dos fuentes. Y en segundo, que los
cambios más radicales que observaremos, sucederán en lo que resta de esta
década.

No estamos hablando únicamente de una transición
energética, sino de una revolución tecnológica disruptiva en cuyo corazón
descansa el hecho de que las tecnologías renovables son, por mucho, muy
superiores a aquellas de combustibles fósiles. Esta revolución es un verdadero
salto que pasa de un modelo de generación centralizado, carísimo, altamente
contaminante, basado en sistemas que consumen materias primas finitas y en
declinación, a un sistema altamente eficiente, fabricado, impulsado por avances
tecnológicos cuyos costos siguen bajando constantemente, y que está disponible
en todos lados. Un sistema que transita de moléculas pesadas que arden al fuego,
hacia ligeros y obedientes electrones; de una cacería de combustibles fósiles,
al cultivo y cosecha de la abundante y casi infinita energía proveniente del
sol o del viento.

Como ha ocurrido con otros saltos tecnológicos del
pasado, se trata de una transformación del sistema en su conjunto y no solo de
una sustitución del combustible que lo impulsa. El nuevo sistema, posee completamente
otra estructura económica, está en una nueva distribución geográfica (es
prácticamente universal), con otros ganadores y operadores energéticos. Los
costos decrecientes de la nueva tecnología, están terminando por devorar a lo
viejo y obsoleto.

El revolucionario crecimiento de las energías
renovables es exponencial, no lineal, por eso ningún país o región debería
quedar rezagado, ya que es sumamente difícil y hasta casi imposible ponerse a
la par de una curva exponencial de crecimiento cuando desde el principio te has
quedado atrás.

También hay que tener en cuenta que en esta
revolución, China es hasta hoy el líder indiscutible, bastante más adelante que
el resto del mundo en manufactura de equipos, despliegue y costos de los
mismos. Así que si deseas entender la transición energética, tienes que mirar
lo que está haciendo China y hacia dónde se dirige.

Estos años veinte son la década de la disrupción, de
hecho será la madre de todas las disrupciones, en la que la adopción de estas
tecnologías se acelerará hasta alcanzar su clímax en 2030, cuando el debate ya
será otro, donde las renovables baratas serán aún más baratas y crearán un
completamente nuevo paradigma.

Raul Monforte González
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