Por: Cristina Padín
Le gustaba mucho la mentira. Aunque P y su hermano pequeño T
siempre le recordaban que mentir es muy feo… y hace llorar a la Virgen María.
Lo que ocurría era que tampoco era creyente, algo que en absoluto es malo, pero
en estos tiempos fingía serlo. Y subía mil fotos a redes con crucifijos,
estampas, velas, rosarios… después no recordaba que era san Pablo hasta que
ya se acababa el día…
Los adolescentes, M y A y D, eran traviesos..
Le dijeron que lo tradicional era vestirse de blanco y
verde. Se jactaba de ser tradicional y gran amante de la costumbre y lo
nuestro. Y apareció antes de las ocho de la mañana en la Casa Grande con esa indumentaria.
Todos, que obviamente conocían el encierro y todo lo relativo a la fiesta de
Pamplona, lucían en rojo y blanco. La travesura de los chiquillos fue
divertida…
Después la chica se puso un vestido azul, un color que
adoraba, y bajó a desayunar con A y D… inventarían alguna broma más…
Detestaban mentira y prepotencia…
A las personas que no fingen lo que hacen
A Pamplona
A san Fermín. A cada Fermín
A la campaña, que hoy empieza. Yo la deseo limpia..
y en mi caso azul
Al toreo
Al encierro
A lo que importa y a la tradición
A la fe real
A mi querido Luis
A P: divo
A M: estupenda
A D: bello y a A: genial
A los M
A los adolescentes
A mi amiga Belén