Por: Cristina Padín
Un 25 de julio cumplía años Luis. Organizaron viaje a
Galicia. Amaban esa tierra llena de leyendas y de aguas azules, de valentía y
de tradición. Irían a Santiago a rezar delante del Apóstol… a agradecer a
Dios y a la vida. A pedir por Luis, que luchaba contra una cruel enfermedad.
Las niñas pequeñas se enfadaron un poco porque de los 52
cromos de muñecas que llevaban se les perdieron 19 y únicamente les quedaron
33. Pero muy pronto dejaron el enojo. Carecía de importancia aquello. Tiempo de
disfrutar la ciudad. De orar con sinceridad. Comer helado de hierbabuena…
Por la tarde acudirían a las playas de Rías Baixas. Día
grande en Galicia! El arenal con su dorada calidez acogería los sueños adultos
y los juegos infantiles. Y sería una jornada de descanso y alegría. Necesaria.
Que eran fechas de consolidar buenas faenas. Y así se harían.
Un 25 de julio fueron a Santiago… porque habían dado
palabra de hacerlos. La palabra se cumple…
A Luis Carrasco Bordas. Feliz cumpleaños!
En este relato hay un Luis con una enfermedad, Luis es real.
Especial. Y su familia magistral.
A Arantxa, Lourdes, Carlos, Carlos y demás
A Santiago Apóstol
A Galicia
Al color azul
A los M
A los que cumplen su palabra
A los valientes gallegos
A muchos Santiago, Diego, Jaime o Jacobo
A mi amiga Ascen
A Manuel
A JC
Y a los lances taurinos
