Por: Cristina Padín
Cuando se despertó aún no había sonado el despertador y
recordó que tenía que hacer café y mientras lo hacía añoró el aroma al café
recién hecho que preparaba su amada abuela en la aldea cada mañana y todavía
pudo sentir el tacto alegre y cariñoso de las manos de aquella mujer y
consideró que un verdadero y hermoso milagro podía ser sencillo porque también
Jesús y la Virgen María son sencillos y huyen de la ostentación y nada más
sencillo que preparar un desayuno mañanero y con los olores de lo que recién se
despierta evocar la infancia y lo que es lindo y lo que importa y lo que habita
en el cielo en el corazón de las abuelas.
Y así fue. El que era valiente podría haber sido torero pero
no lo fue y pudo ser también un hombre de la mar y tampoco lo fue. Lo que sí
fue es eso: valiente! Y mientras bebía el café echabaa andar el nuevo día.. y
recordaba su aldea, era niño de aldea, y a su abuela y las leyendas y el calor
de la lumbre. Lo que sí era era eso: niño de aldea, sincero, amante de su
abuela, cafetero y valiente..
Todo esto porque iba a preparar café y por crear un texto
sin puntuación y otro con ella, y por homenajear a las abuelas y a los que aman
a sus abuelas y a la valentía
Un cuento sencillo
A los valientes
A los niños de aldea
Al toreo
A mi amigo Jm
A Luis
A la sencillez
A mi amiga Rosario
A mi amiga Belén
Y por supuesto a mi abuela