La Revista

Cooperación, una habilidad esencial.

Raul Monforte González
Raul Monforte González
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La Universidad del Estado de Michigan ofrecía en 2012 a sus alumnos un curso de siete semanas llamado
“Sobreviviendo al apocalipsis zombie que se avecina – catástrofes y comportamiento humano”. Por su parte, la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Madrid, España, te ofrece la oportunidad de hacer un
máster llamado “Elaboración de Diccionarios y Control de Calidad del Léxico Español”. Pero, si vives en Colombia,
puedes acceder a un Curso de Seducción, con el que aprenderás a ser un gran ligador o ligadora. 

En una ocasión,
en la ciudad de Mérida, Yucatán, observé adherido a un árbol en un camellón de una avenida, un letrero que
ofertaba un “Curso de Verano para Niños Problema”.
Así, es posible encontrar en diversos lugares del mundo una gran cantidad de cursos raros, exóticos, o simplemente
absurdos. Pero, ¿será posible encontrar algún programa de estudios en alguna universidad que ofrezca enseñar a
cooperar? 

Quizás alguien podría decirme, y no le faltará razón, que desde la escuela primaria se marcan deberes escolares
individuales, pero que también hay otros que tienen que hacerse “en equipo”, y eso ya es una manera de fomentar
la cooperación. Es cierto, sin embargo en la generalidad de los casos se marca la tarea “en equipo” pero no se
instruye a los alumnos en el modo correcto de trabajar de ese modo, así que los integrantes del equipo, suelen
simplemente repartirse la carga del trabajo, sin hacer en verdad una labor colaborativa entre ellos.
Las personas adultas y económicamente activas de casi cualquier país desarrollado o en vías de serlo, pasan más
tiempo del día trabajando que en la suma de los tiempos que dedican a todas las demás actividades que realizan
exceptuando el tiempo que están dormidos. 

Y muchas de esas horas de trabajo las pasan cooperando con sus
colegas y compañeros de trabajo, ya sea en juntas, en acciones encaminadas a resolver los pormenores de un
proyecto, reportan hacia arriba del organigrama, se comunican con quienes están bajo su autoridad para gestionar
sus resultados, y están en una constante interacción entre sectores y entre niveles de una organización. 

Y cada vez
más, este juego llamado cooperación, es uno que todos tienen la obligación de jugar y hacerlo bien.
En un estudio conducido por investigadores del MIT se encontró que cerca de tres cuartas partes de los trabajadores
refieren dedicar más del cuarenta por ciento de su tiempo diario en el trabajo a colaborar con otros para alcanzar
sus metas comunes, lo que equivale a dedicar en promedio 3.2 horas de cada día de trabajo a la cooperación con
otras personas. 

Esto impone grandes desafíos en la gestión de las relaciones interpersonales y cotidianas, además
de generar rezagos y presupuestos excedidos que se convierten en un gran dolor de cabeza para todos, y que
termina reflejándose en el estado de resultados de la empresa.
Para ser la capacidad de cooperación con otras personas, una habilidad de tan alta importancia, bien valdría la pena
estudiar más a fondo cuál sería la mejor manera de instruir a las personas, para que puedan construir relaciones
colaborativas en el trabajo, que sean sanas y productivas. 

Raúl Asís Monforte González.
© Copyright 2024. Raúl Asís Monforte González. Todos los derechos reservados.
Mérida, Yucatán a 10 de febrero de 2024
E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

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