Iban a salir de la casona tarde… como la noche tardaba tanto en llegar todavía caminarían con claridad… Irían por el caminito… uno detrás de otro… por el sendero serpenteante y muy escarpado que embellecía la hermosura con su salvaje apariencia…
El caminito se deshacía en curvas y cuestas y rectas que se adelgazaban cada vez más… era precioso!… y terminaba en una sucesiòn de escalones naturales formados por rocas y arena… al fondo estaba la playa, el mar, los recuerdos de infancia, el verano…
Allí se encenderían las hogueras… era 23 de junio, víspera de San Juan… el fuego ya estaba allí, chisporroteando en cada corazòn y en cada alma… prenderían las candelas, y sería una noche maga, o màgica, y se quemarían las cosas, y se pedirían deseos…
Y mientras iban por el caminito iban pensando en las lenguas naranja de fogata danzando al compás de la Luna…
Dedicado a cada Juan, mañana de santo
A José María
A cada niño ya de vacaciones
A cada torero hoy en un ruedo
A mi querido Juli, con un fuerte abrazo
A mi Luis
A Niña Pastori, por sus canciones
