En medio de la crisis diplomática por el acuerdo por los submarinos, este jueves Francia advirtió que reencausar las relaciones con Estados Unidos llevará “tiempo” y requerirá de “acciones”.
Un día después de que los presidentes de los dos países hablaran por teléfono para tratar de rebajar la tensión, el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, mantuvieron un encuentro bilateral en Nueva York, donde se encuentran con motivo de la Asamblea General de la ONU.
Según un comunicado del Gobierno francés, el titular de Exteriores discutió con Blinken el proceso de consultas reforzadas que los dos países han acordado con el fin de “recuperar la confianza”.
Le Drian, de acuerdo a lo indicado en esa nota, recordó que se ha superado una “primera etapa con la llamada entre los dos presidentes, pero constató que la salida de la crisis entre los dos países requerirá tiempo y requerirá actos”.
En la reunión, celebrada en la misión de Francia ante la Naciones Unidas, ambos acordaron mantenerse en “contacto estrecho”, explicó el Ministerio de Exteriores galo.
Le Drian y Blinken habían coincidido en las últimas horas en varios encuentros con otros ministros celebrados en la sede de la ONU, incluido uno privado anoche entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y una sesión abierta hoy en ese mismo órgano para hablar de la crisis climática.
El miércoles, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el estadounidense, Joe Biden, acordaron en una conversación telefónica unos primeros pasos para rebajar la tensión y pactaron reunirse en persona en octubre en Europa.
La primera medida será la vuelta a Estados Unidos del embajador francés, llamado a consultas la semana pasada junto al representante diplomático galo en Australia después de que este último país anulara un lucrativo contrato con Francia, valorado en total en unos 56.000 millones de euros, para la construcción de 12 submarinos.
Washington recalcó ayer que el compromiso de Francia y de la Unión Europea en el Indopacífico tiene una “importancia estratégica” y reconoció igualmente la necesidad de una defensa europea “más fuerte y más capaz que contribuya de forma positiva a la seguridad transatlántica y mundial y sea complementaria al rol de la OTAN”.
Estados Unidos, que según el Elíseo fue quien solicitó la llamada, se comprometió además a reforzar su apoyo a las operaciones antiterroristas de los países europeos en el Sahel en el marco de la lucha común contra el terrorismo.
Washington dijo el jueves pasado que funcionarios estadounidenses mantuvieron conversaciones de alto nivel con París antes de anunciar un acuerdo con Australia para que compre submarinos nucleares estadounidenses y no franceses, pero Francia insistió en que fue tomada por sorpresa.
Sin embargo, Francia desmintió estas declaraciones. “No habíamos sido informados antes de que se publicaran las primeras noticias de este acuerdo en la prensa estadounidense y australiana, unas horas antes del anuncio oficial de Joe Biden”, aseguró un portavoz de la embajada francesa en Washington.
El acuerdo AUKUS echó por tierra el multimillonario pacto de 2016 de Australia para comprar submarinos a Francia, que había sido respaldado personalmente por el presidente Macron.
Justamente, el primer efecto del AUKUS ha sido el anuncio por parte del Gobierno australiano de la cancelación de un contrato de compra de submarinos convencionales franceses, estimado en unos 56.000 millones de euros.
El jueves pasado, el ministro de Defensa de Australia dijo que los submarinos nucleares respaldados por Estados Unidos eran una mejor opción: “Al final, la decisión que hemos tomado se basa en lo que es mejor para nuestra seguridad nacional”, dijo el ministro de Defensa, Peter Dutton, en una conferencia de prensa conjunta en Washington.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, en tanto, admitió que Macron se ha mostrado distante con él tras la crisis, pero prometió ser “paciente” para restaurar las relaciones con Francia.
En declaraciones desde Washington el miércoles por la noche, Morrison explicó que había intentado contactar con Macron pero que “todavía” no habían podido hablar.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia tachó el nuevo acuerdo de “puñalada por la espalda”. “Esto no es algo que se hagan los aliados entre sí”, fustigó la semana pasada.
En esa línea, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, acusó el lunes a Estados Unidos de falta de lealtad. “Los principios más elementales para los aliados son transparencia y confianza y van juntos. Estamos viendo una clara falta de transparencia y lealtad”, dijo a la prensa en Naciones Unidas, previo a la Asamblea General.
Los europeos, indicó, necesitan “aclarar y tratar de comprender cuáles son las intenciones que están detrás de este anuncio”.
Michel aseguró que este acuerdo reforzará los esfuerzos europeos para construir su propio sistema de defensa. Una decisión así “no estará en contra de nuestros aliados, sino que si somos más fuertes y más robustos, significa que nuestras alianzas serán también más fuertes”.