La gran final del Clausura 2025 quedó a deber. América y Toluca, dos de los equipos con mayor tradición en el fútbol mexicano, firmaron un empate sin goles en el partido de ida y dejaron todo por resolverse en la vuelta, en un duelo que prometía fuego y terminó con frialdad. En el Estadio Azteca no hubo gritos de gol, pero sí tensión, imprecisión y un planteamiento defensivo que dejó al público con las ganas de ver a los protagonistas en su mejor versión.
El América de André Jardine apostó por repetir la fórmula que lo convirtió en tricampeón y que apenas la semana pasada trituró a Cruz Azul. Sin embargo, se topó con un Toluca sólido, disciplinado y quirúrgico en defensa, orquestado por Antonio Mohamed, quien supo cómo frenar el dinamismo ofensivo del cuadro azulcrema. Fue un duelo táctico en el que, más allá del dominio del balón, las áreas estuvieron prácticamente intactas.

Desde el inicio, las Águilas mostraron hambre, intensidad y presión en todos los sectores del campo. Pero esa misma energía se tradujo en imprecisiones al momento de circular el balón, y a lo largo de los primeros 45 minutos las jugadas de peligro brillaron por su ausencia. Lo que debía ser una final vibrante, se convirtió en un partido cerrado, sin espacio para el error y con ambos equipos más preocupados por no recibir que por arriesgar.
En el complemento, la historia no cambió demasiado. América mantuvo la posesión, pero careció de claridad en el último tercio. Toluca, por su parte, apostó por la paciencia y jugó con la desesperación del rival, conteniéndolo sin problemas y generando un par de contragolpes que tampoco llegaron a concretarse.
Jardine intentó cambiar el ritmo con variantes ofensivas, pero Mohamed le ganó la partida estratégica, neutralizando los circuitos creativos del equipo de Coapa. A pesar del poderío individual y la profundidad de la banca azulcrema, no hubo forma de romper el cerco escarlata.

Toluca se fue satisfecho del Azteca. No solo consiguió un empate sin goles como visitante, sino que lo hizo sin sufrir y dejando al América sin ideas. Ahora, con el apoyo de su gente en el Estadio Nemesio Diez y con la motivación de romper una sequía de 15 años sin título, los Diablos buscarán consagrarse ante un equipo que aún sueña con el histórico tetracampeonato.
La vuelta promete más que nunca. No hay margen para el error. El América, tricampeón del fútbol mexicano, se juega su lugar en la historia ante un Toluca que tiene sed de gloria y que, paradójicamente, cuenta en el banquillo con el mismo técnico que alguna vez le quitó un campeonato a los Diablos… y que después los hizo campeones con las Águilas. La historia está lista para escribir su capítulo final este domingo en Toluca.