La Revista

La visita de Landau a México refleja disposición a negociar seriamente.

Por Marco Antonio Cortez Navarrete

Hay una frase coloquial en México: “no se puede tapar el sol con un dedo” y esto aplica muy bien en el ambiente tenso y mediático entre los gobiernos de Donald Trump y Claudia Sheinbaum, titulares de los poderes ejecutivos de Estados Unidos y de México, respectivamente.

Aprovechando las protestas de migrantes en California —mexicanos en su gran mayoría— a las cuales Trump califica como “insurrectos” aparecen un contexto de polarización interna, es decir, Donald y su equipo enfatizando que las protestas representan una amenaza grave, justificando despliegues militares internos.

No así Gavin Newsom, gobernador de California, y Karen Bass, alcaldesa de La Ciudad de Los Ángeles, que han cuestionado al presidente estadounidense por abuso de autoridad y violación a libertades civiles.

En medio de esta situación Claudia Sheinbaum, mandataria mexicana, ha optado por una estrategia de “cabeza fría”, buscando un trato diplomático y legítimo, evitando respuestas hostiles que aumenten riesgos para la comunidad mexicana en la llamada nación más poderosa del mundo.

Es así como los gobiernos mexicano y estadounidense han enviado señales diplomáticas. México, por su lado, evitando una retórica hostil mientras que EEUU envía interlocutores para construir entendimiento previo a una visita de alto nivel.

La combinación de tensiones políticas y apertura a diálogo sugiere que el resultado dependerá de la habilidad negociadora de ambos lados. Una postura pragmática –centrada en cooperación migratoria, protección consular y ajustes comerciales bien podría desmontar el conflicto de narrativas. Existe un potencial alto de alcanzar acuerdos recíprocos, especialmente si se priorizan soluciones técnicas antes que discursos confrontativos.

Como usted bien sabe todo esto se gesta después de que la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó a la presidenta de México de “alentar” las protestas de migrantes en Los Ángeles, California, tras redadas contra indocumentados.

La mandataria mexicana rechazó categóricamente dicha acusación y la calificó además como “absolutamente falsa”, insistiendo en que ha condenado cualquier forma de violencia y que solo ha alentado protestas pacíficas —no violentas— en defensa de derechos.

Las protestas estallaron el 6 de junio por las redadas del ICE y poco después se utilizaron tropas de la Guardia Nacional y Marines federales para contenerlas .

Ayer la visita de un viejo conocido, Christopher Landau (exembajador en México bajo Trump) estuvo en Ciudad de México con la misión de preparar la futura visita del secretario de Estado, Marco Rubio, y tratar temas clave: migración, comercio, remesas, drogas, y aranceles de acero/aluminio.

En mi humilde opinión Sheinbaum tuvo la respuesta adecuada: negó enfáticamente haber incitado violencia y defendió los derechos de los migrantes. A su vez, la acusación de Noem tiene tal vez motivaciones políticas y poco sustento y, sobre el riesgo de escalada no podemos negar que existe tensión real, pero también consciencia de canales diplomáticos activos. La visita de Landau refleja disposición a negociar seriamente.

Es probable que los próximos encuentros, incluido el de Marco Rubio, concreten entendimientos técnicos en migración, aranceles, remesas y seguridad. Si ambos países mantienen un enfoque calmado y pragmático, este episodio podría transformarse en un punto de inflexión hacia la cooperación.

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último