Facetas de México. por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo.
Correo: p_taboada2005@yahoo.com.m
Dirigentes de asociaciones de profesionistas médicos,
académicos y autoridades universitarias, niegan de manera rotunda que haya
déficit de médicos en sus diferentes especialidades en nuestro país. Al
contrario, hay un superávit de 52 mil profesionales egresados de las
instituciones universitarias y politécnicas mexicanas, muchos de ellos con
estudios de postgrado, desempleados por una deficiente planeación de las
instancias de gobierno y la falta de medicamentos por turbiedades en la
administración pública.
De ninguna manera se justifica que el presidente
Andrés Manuel López Obrador notifique el compromiso con el presidente de Cuba,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para la contratación de más de 500 médicos cubanos,
de repente y con urgencia, sin ninguna consulta a las asociaciones nacionales y
dirigencias de organismos que agrupan a diferentes especialistas de las ramas
de la ciencia y la tecnología en materia de medicina humana.
El desprecio de López Obrador por el enorme sacrificio
de los médicos mexicanos que han arriesgado su vida al enfrentar el virus,
abandonando a sus familias por meses enteros y que más de 4 mil profesionales
de la salud; doctores, enfermeros, camilleros, etc, han muerto en esa batalla,
ahora el presidente de México los humilla al decir que en este país no hay
médicos de calidad.
Otra de las mentiras cometidas por el gobierno, es esa
noticia que dio el mismo presidente de la República, en el sentido de que se
importarán vacunas de Cuba para los niños mexicanos.
Esa vacuna no tiene ni la tercera fase de
investigación y la van a aplicar a nuestros niños. Se trata de una vacuna que
ni siquiera está certificada. Eso es realmente un crimen, enfatiza el doctor
Gabilondo Navarrete.
La falta de orientación que padece el presidente de la
República, de parte de sus asesores y funcionarios responsables de las áreas de
atención médica directa, dentro de su gobierno, lo llevó a aceptar, sin ninguna
objeción, la propuesta del presidente Díaz-Canel, de enviar a México “un grupo
de al menos 500 médicos”, sin darle tiempo de preguntar algo obvio: “¿realmente
son médicos o guías espirituales?”.
De acuerdo con la normatividad académica y la práctica
de la medicina humana, las universidades e instituciones reconocidas que
imparten diversas carreras relacionadas con la medicina y especialidades,
exigen que los egresados sean debidamente certificados para la práctica de la
actividad. Simplemente no se admite ejercer “sin título y sin certificación
profesional”.
En opinión del doctor Jesús Felipe González,
presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, en México hay más de 300
mil médicos, entre médicos generales y especialistas; hay alrededor de 180 mil
estudiantes de medicina en todo el país, y cada año egresan 16,800 estudiantes,
de los cuales sólo 7 mil potencialmente tienen la posibilidad de ingresar a una
especialidad; los demás se incorporan a la fuerza laboral médica del país.
“En nuestra organización, tenemos la seguridad de que
los tiempos actuales, son oportunos para intercambiar puntos de vista en torno
del futuro próximo. Necesitamos abrir caminos de diálogo entre los presidentes
de Colegios, Sociedades y Asociaciones Médicas, y más de 35 Colegios Médicos
como tales, donde todos nos unamos y rechacemos las contrataciones que el
gobierno ha anunciado de médicos de otro país” señaló.
Es necesario tener presente que, por lo menos, hay dos
razones fundamentales que impiden a los médicos mexicanos ocupar vacantes. Una,
que los sueldos para estos profesionales “están por los suelos”. No es posible
que solamente les paguen 3,500 pesos mensuales, cuando un médico general debe
estudiar por lo menos 17 años y, quienes aspiran a una especialidad, serían
siete años más.
La primera es que el gobierno de López Obrador
emprendió sus programas de “sembrando vida” y “jóvenes construyendo el futuro”,
mediante los cuales se otorgan sueldos que van de 4,500 pesos mensuales hasta
7,500 pesos, sin que se trate de gente profesional.
Esta medida es loable, porque se trata de gente
necesitada de un ingreso, pero es el mismo rasero de ingreso que se paga a los
médicos. Y lo reprobable, es la contratación de médicos extranjeros con sueldos
pactados por ambos mandatarios, en condiciones por arriba de lo señalado y
desventajosas para los profesionales mexicanos.
La otra razón, consiste en quejas de las instituciones
del gobierno de que hay plazas en el IMSS, ISSSTE y en el Instituto de Salud
para el Bienestar, pero “los médicos se resisten a ser contratados”. Sí, pero
la “otra cara de la misma tortilla”, es que se trata de comunidades alejadas de
la civilización, donde la inseguridad es la principal causa de robo y
asesinatos, frente a la incapacidad de las instancias del gobierno federal, de
los estados y municipios, de atender estos gravísimos problemas.
Con relación al profesionalismo y certificación de
títulos académicos, que exigen las autoridades mexicanas y de todo el mundo, la
doctora Sonia Venegas, secretaria académica de la Facultad de Derecho de la
UNAM, puntualizó que el tema de la contratación de médicos y especialistas
cubanos para incorporarse a los servicios médicos mexicanos, “nos preocupa y
nos unimos al gremio médico de México. Su protesta es justificada: si hay
desempleo de estos profesionales de la medicina, no se justifica que se
contraten extranjeros”.
En materia de regulación de profesiones, si un
extranjero quiere ejercer una profesión en México, incluyendo la profesión
médica con estudios en el extranjero, en primer lugar tendría que acudir a la
Secretaría de Educación Pública, a la Dirección General de Profesiones a la de
Acreditación, Incorporación y Revalidación, para iniciar un proceso de
homologación.
Hay otra vía para la certificación profesional. A
través del Consejo Nacional de Evaluación, CONEVAL, se puede presentar una
serie de exámenes bastante complejos, para obtener la aptitud, el título y la
cédula profesional. “No es un mecanismo que se da en automático”.
En su oportunidad, el doctor Fernando Gabilondo
Navarrete, ex director general del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador
Zubirán”, una de las instituciones médicas más prestigiadas de México, afirmó
que en el actual gobierno se han cometido muchas mentiras, empezando porque la
contratación de supuestos médicos que realizó el gobierno federal durante la
pandemia de Covid – 19, solamente eran “paramédicos”.
Calificó de “explotación del gobierno de Cuba”,
“tratante de personas y de esclavista” a ese país, porque se sabe que esos
trabajadores de exportación “no reciben ni el 10 por ciento de lo que el
gobierno cubano cobra por su contratación en diversos países del mundo”. Esta
práctica la condena el Parlamento Europeo, Estados Unidos y muchas
instituciones defensoras de los Derechos Humanos.
Eso de que “en México faltan médicos”, tampoco es
cierto, expresó el doctor Gabilondo Navarrete. “Nada más en Nutrición, en
febrero de este año, egresaron 220 médicos de alta especialidad y de
especialidad. Si usted multiplica este número por Institutos, por todos los
hospitales de alta especialidad, de Referencia, el IMSS, el ISSSTE, las Fuerzas
Armadas, etc., pues eso de que hacen falta médicos, es que no los contratan.
Para el Examen Nacional de las Residencias, quedan
fuera de éstas 52 mil médicos. Están desempleados 52 mil médicos. Y nada más
así, sin ninguna razón, el gobierno no los contrata.
Además, “esta situación es una afrenta a nuestra
profesión, porque al traer gente de otros lados, la población debe saber la
verdad; ni siquiera se conocen sus credenciales profesionales. No sabemos si
realmente son médicos, porque lo que se acostumbra en México, es que sí se
necesita habilitar que son médicos y que tienen la certificación y todos los
créditos para ejercer la medicina en México, pues no presentan nada”.
El primer intento que hicieron durante la pandemia,
cuando los cubanos llegaron a la Ciudad de México –el INSABI pagó estos
supuestos servicios médicos—hay que señalar y denunciar la gravedad de que
estos médicos cubanos cometieron fraude.
Hay gente profesional y testigos, de que en los
lugares donde estaban trabajando los contratados, se comprobó que no eran
personas preparadas; no tenían la capacidad sobre lo que se requería. Era gente
paramédica que no tenía la menor idea, “y esto es lo que nos van a mandar de
nueva cuenta”.