Alberto Fujimori, expresidente de Perú, falleció este 11 de septiembre de 2024 a los 86 años de edad, luego de una larga batalla contra el cáncer. Fujimori fue una de las figuras políticas más controvertidas de la historia contemporánea de Perú, debido a su paso por el poder entre 1990 y 2000 y su legado marcado tanto por éxitos como por denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Fujimori llegó a la presidencia peruana en 1990, enfrentando una crisis económica y el grave conflicto interno con el grupo terrorista Sendero Luminoso. Su gobierno se destacó por implementar reformas económicas de corte neoliberal que lograron estabilizar la economía peruana y controlar la hiperinflación. Asimismo, se le atribuye la captura del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, lo cual marcó un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo.
No obstante, su mandato también estuvo lleno de sombras. En 1992, Fujimori disolvió el Congreso y asumió poderes extraordinarios, en lo que se conoce como el “autogolpe”, consolidando un régimen autoritario. Su gobierno fue responsable de violaciones a los derechos humanos, incluyendo la esterilización forzada de miles de mujeres y la formación de grupos paramilitares que llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales.
En 2000, tras un escándalo de corrupción que involucró a su mano derecha, Vladimiro Montesinos, Fujimori huyó a Japón, donde permaneció exiliado hasta su captura en Chile en 2005. En 2007, fue extraditado a Perú, donde fue condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción.
En sus últimos años, Fujimori sufrió diversos problemas de salud, siendo diagnosticado con cáncer. A pesar de los intentos de su familia por conseguir su liberación, el expresidente cumplió la mayor parte de su condena en prisión.
Con su muerte, se cierra un capítulo crucial de la historia peruana, marcado por el debate sobre los límites entre el progreso económico y las violaciones de derechos fundamentales.