La campaña hacia la construcción de una nueva narrativa para México, que la asociación civil “A favor de lo Mejor” echará a andar el próximo martes 27, es un esfuerzo inédito que, como hemos informado, buscará, a partir de la información, construir un país mejor.
Actualmente los medios —lo mismo de comunicación que de entretenimiento, tradicionales como digitales— se ocupan tanto de la inseguridad, que dejan de ver a la gente que sigue viviendo su vida todos los días. La voluntad, la dedicación, los logros de estos mexicanos y mexicanas, que son la mayoría, no se ven reflejados en nuestra conversación, apabullados por deprimentes historias de violencia e ilegalidad.
“El mundo existe conforme lo nombramos”, citó anteanoche Gabriela Delgado Flores. Es evidente que la manera como los medios cuentan lo que pasa en el país influye tanto (o más) que los hechos mismos en el ánimo de la gente.
“Es hora de empezar a contar historias distintas. El objetivo es cambiar el mensaje, no limitarlo a la difusión de lo malo que nos pasa, dirigirlo también a lo bueno. Ampliar el foco, nivelar la conversación, que se hable en la calle también de las maravillas que tenemos”, añadió anteanoche la directora de Comunicación y Expansión de “A favor de lo Mejor” al presentar el proyecto ante socios e invitados de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).
Indispensable
Este no es un movimiento ingenuo ni aborda un tema debatido y desgastado, se trata, como insistió en demostrar Gabriela a su auditorio, de una iniciativa urgente para levantar de su postración a México, que estos momentos, agobiado por sus problemas, dañado en su reputación, “es uno de los países con peor autoestima”, en palabras del psicólogo Enric Corbera.
“Hay que cambiar la percepción que se tiene aquí y en el extranjero de México y los mexicanos —la imagen de un país sumido en la ilegalidad y la violencia, donde prevalece la cultura del cero esfuerzo— construida a partir de las negativas historias que nosotros mismos estamos contando”.
La narrativa actual ha creado en el interior del país un clima generalizado de desesperanza, un estrés social que puede llevar a la apatía, la pasividad y el descontento. Y en el exterior proyecta la imagen de un país flojo, rezagado y corrupto.
No se trata de esconder los hechos, sino de exaltar lo positivo. Las palabras tienen poder y hay que saber cómo usarlas, señaló Gabriela.
“Es como un cuchillo, que lo mismo puede servir como utensilio de cocina, como herramienta o como arma, dependiendo de quien lo use”, señaló en elocuente recordatorio de que una misma nota informativa, sin importar de lo que trate, puede ser abordada desde diferentes perspectivas, puede tener varios usos.
Poder ciudadano
Ahora bien, resulta curioso que, pese al desánimo social, los mexicanos nos sentimos orgullosos de nuestra nacionalidad, de nuestra comida y nuestra música, de nuestras tradiciones. De lo que se trata entonces es pasar de ese legítimo “orgullo cultural”, pasivo, al “orgullo ciudadano”, que lleva a construir.
Y para lograr este proceso transformador, indicó, la nueva campaña de “A favor de lo Mejor” destaca el poder contagioso de la narrativa. “Se trata de invitar a todos a emitir mensajes que den una perspectiva positiva del país. Por medio de la narrativa es posible inspirar y transformar a México, construir un México distinto”.
El problema en sí no es el tráfico, ni la corrupción o la inseguridad, sino dejar que cualquiera de esos obstáculos domine nuestras conversaciones, afirmó. “Por ti, México, contemos buenas historias”.
Respuesta
El mensaje de Gabriela encontró eco en los empresarios, que desde el espacio de las adhesiones compartieron sus puntos de vista, plantearon propuestas, hicieron preguntas, completaron el diálogo.
Para cerrar la noche, el sacerdote Gaspar Arceo Castillo contó de unos amigos franceses, que después de una estancia de varios días en Yucatán admitieron que los lugares que habían visitado y las personas que habían conocido les habían desbaratado con los oscuros estereotipos que esperaban encontrar. “Esto me llevó a la reflexión de que, efectivamente, México no es un país de contradicciones, sino de contrastes”, dijo