Redacción ERODE
Valentino vuelve a expandir las fronteras de la experiencia sensorial. Esta vez, no con tela, sino con sonido. La icónica casa italiana presenta L’Atelier Sonore, un espacio inmersivo dentro de su boutique en Madison Avenue, Nueva York, que transforma el acto de entrar a una tienda en un encuentro íntimo con la estética sonora.
Lejos de ser una instalación decorativa, L’Atelier Sonore es una sala de escucha en toda regla: arquitectura pensada para oír, materiales que absorben y reflejan el sonido, y una atmósfera que propone silencio, pausa y percepción. Porque en tiempos de ruido y prisa, Valentino decide hablar más bajo —y decir más.
Un oasis acústico en medio del concreto
Ubicado en el mezzanine de la boutique, el espacio ha sido concebido como un santuario donde la moda se conecta con la música a través de la sensibilidad. Paneles de madera en patchwork, tejidos suaves, terciopelo en los asientos y una iluminación envolvente lo convierten en un lugar donde el oído se convierte en protagonista. Una consola de escucha artesanal y un sistema de sonido de alta fidelidad hacen del ambiente algo más que una tienda de lujo: es un refugio creativo.
La visión detrás de L’Atelier Sonore responde a una idea muy clara: la moda no es solo visual, también tiene ritmo, cadencia, textura sonora. Y Valentino apuesta por traducir eso en una experiencia tangible.
Una inauguración con el volumen justo
Para el día de apertura, la maison ha curado una jornada de sesiones en vivo con artistas contemporáneos, quienes compartirán sets en vinilo seleccionados de sus propios archivos. Durante varias horas, la boutique se convertirá en una cápsula de sonido donde lo físico y lo intangible dialogan con libertad.
No hay pasarelas. No hay vitrinas. Solo música, espacio y una estética que se filtra por los sentidos.
Estilo que se escucha
L’Atelier Sonore no es una acción aislada, sino parte de una estrategia que Valentino ha venido construyendo: diseñar experiencias que rebasan el concepto de moda como producto. Aquí, vestir es también habitar. Escuchar se vuelve una forma de estilo.
El espacio estará disponible para los visitantes hasta finales de agosto, con playlists curadas especialmente para cada jornada. No se trata de poner música de fondo, sino de hacer que el sonido sea parte de la narrativa del lugar.
La moda como inmersión
En ERODE celebramos iniciativas como esta: gestos que no están pensados para vender más, sino para profundizar el vínculo entre arte, percepción y lujo contemporáneo. Valentino no propone una tienda; propone una experiencia. Y en un mundo saturado de estímulos visuales, crear desde el sonido es un acto radical de elegancia.

