Por Bernardo Graue Toussaint
Correo: bgrauet@hotmail.com / @bernardo_graue
Soy un convencido de que Doña Manuela Obrador (QEPD, progenitora del presidente López) hizo, como todas las madres del mundo, el mejor esfuerzo por educar a sus hijos. No tengo duda de dicha buena intención, aunque el saldo educativo de su chamaco resultó patético, por decir lo menos.
Y aclaro lo anterior, porque al referirme a la “orfandad del Presidente López”, no lo hago en el sentido de subrayar la ausencia de doña Manuela en este mundo, sino al sentido (muy mexicano) de decir que AMLO no tiene madre, es decir, que es un sinvergüenza en su actuación pública.
No tiene madre el Presidente López cuando intentó (fallidamente) engañar a México con una supuesta visita a un hospital en Cuernavaca, que luego “aclaró” que era un simulacro. Un montaje. Una simulación. NO TIENE MADRE.
Basta ver el acto de cínica mentira del Presidente López cuando, frente a declaraciones, testimonios, fotos y vídeos de personas que mueren hacinados en pasillos de hospitales o en la calle porque fueron rechazados, venga a decir públicamente que “ningún mexicano ha sido privado de los servicios médicos”. Más mentiras. Más muestras de la orfandad presidencial. NO TIENE MADRE.
Hay que recordar el penoso espectáculo en torno a la liberación de Ovidio, el hijo del “Chapo” Guzmán. El Presidente López aseguró en aquel entonces que la decisión la tomó el gabinete de seguridad y que él la respaldó. Ahora confiesa que fue el propio Presidente de la República quien tomó la determinación de liberar al criminal. “Una perla más en su rosario de mentiras. Más muestras de su orfandad. NO TIENE MADRE”.
Quien juró y perjuró que terminaría con la corrupción, es hoy el líder de una banda de corruptos. Los indicios apuntan a Manuel Bartlett e hijo; a Ana Gabriela Guevara; a Irma Eréndira Sandoval, a John Ackerman y a diversos ejemplares de este gobierno que han encontrado en el Presidente López al jefe protector de sus fechorías. El Presidente miente reiteradamente respecto de su “honestidad valiente”, como sinónimo perfecto de su orfandad. NO TIENE MADRE.
Son innumerables las muestras de orfandad del Presidente López. La lista (en este año y medio de su gobierno) es inmensa. Las barbaridades y mentiras presidenciales en materia política; en asuntos democráticos; en asuntos económicos; en materia de Estado de Derecho, por citar algunos rubros, han propiciado que nuestro país esté en una lamentable situación económica en el presente y con riesgos enormes para el futuro. Un presente plagado de terror en los ciudadanos por una seguridad pública paupérrima derivada de las fantasías presidenciales. Frente a estos despropósitos concretos, el papel de “telepredicador” del presidente López resulta una muestra más de su cínica orfandad. NO TIENE MADRE.
De cara al futuro, hay una orfandad que me preocupa más que la del presidente López.
Me explico.
De cara al futuro y vistos los patéticos resultados de este aprendiz de dictador, la responsabilidad recae ahora en la sociedad mexicana que debe tomar la decisión democrática (en las urnas) de decirle ¡BASTA! a este señor y a su partido político.
TÚ, YO, NOSOTROS, es decir, la mayoría democrática y pacífica de México, estamos obligados a trabajar para ganar las próximas elecciones en 2021 y las presidenciales en 2024.
Por lo mismo, estoy convencido de que SI NO HACEMOS LA TAREA, LOS HUÉRFANOS SEREMOS NOSOTROS. NO TENDRÍAMOS MADRE.
No hacer la campaña política ganadora para llevar al gobierno a una mejor opción, SERÍA NO TENER MADRE.
Haber tenido la oportunidad democrática y no haberla aprovechado, nos mostraría a todos como unos irresponsables. ¡QUÉ POCA MADRE! nos dirían seguramente las futuras generaciones.
Hay que actuar desde el presente. TENGAMOS MADRE. No tenemos tiempo que perder. PUNTO.
