Editorial La Revista Peninsular
En las últimas semanas, en el sureste mexicano ha sido
evidente el aumento de la presencia de migrantes ilegales originarios de la
India. Decenas de indios han sido detenidos en Yucatán, Campeche y Quintana Roo
mientras se dirigían a Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Ante esta
situación, nos preguntamos cómo llegan estas personas a territorio mexicano y
por qué.
Las autoridades mexicanas identificaron y retuvieron a
decenas de migrantes indios a finales de marzo. En Umán, Yucatán, procesaron a
32 migrantes; en Champotón, Campeche a 16 y cerca de Puerto Morelos, Quintana
Roo a 51. De igual manera, a principios de abril, se retuvieron a 12 en la
capital yucateca y a otros 12 nuevamente en Umán.
Lo anterior responde al aumento que ha habido en el
flujo migratorio proveniente de la India en el último año. Según cifras
oficiales, el 2022 se registró un máximo histórico de migrantes indios
detenidos en la frontera México – Estados Unidos con más de 16 mil. La cifra
máxima anterior se había dado en el 2018 cuándo se registraron casi 9 mil
detenciones.
Los motivos de este aumento en el flujo migratorio son
muchos. Entre los principales, se encuentra la persecución por razones
políticas o ideológicas en contra de distintos grupos minoritarios como
musulmanes, cristianos o la comunidad LGBTIQ+. A esta situación de aguda
violencia, se le suman falta de oportunidades económicas, la eliminación de
restricciones por la pandemia y el crecimiento de redes de contrabandistas.
Debido a lo expuesto, los indios recurren a “agencias
de viajes” que prometen un traslado a Estados Unidos. En realidad, estas
“agencias” son redes de contrabando las cuales operan subcontratando grupos
criminales en América Latina para que se encarguen de algunas partes del
trayecto.
Las rutas que más se usan son de la India a Turquía o
Francia y de ahí a México para luego dirigirse a Estados Unidos. No obstante,
también existen varios casos de migrantes indios que llegan a países más hacia
el sur como Ecuador y desde ahí emprenden su viaje a territorio estadounidense.
Como a todo migrante que se encuentre en México, las
autoridades deben salvaguardar su integridad y seguridad ante todo. Sin
embargo, este es un tema en el que el gobierno mexicano ha quedado a deber y
prueba de ello es el uso de la Guardia Nacional para reprimir a migrantes en la
frontera sur, así como la tragedia que ocurrió en el centro de detención
migratoria de Ciudad Juárez hace unas semanas en la que murieron 40 migrantes.
Por esto, los ciudadanos deben alzar la voz y exigir
un mejor trato a las personas migrantes que se encuentren en territorio
mexicano. No puede haber espacio para la xenofobia ni el racismo cuándo se
habla de hermanos y hermanas que ponen su vida en riesgo para buscar un mejor
futuro.
Así cómo debemos tratar a los migrantes
centroamericanos y sudamericanos, debemos tratar a los indios: con respeto,
dignidad y generosidad.
