Por: Cristina Padín
Y Macarena, que festejaba su santo, estaba muy cansada de tanto
hipócrita que ofrecía consejos. Consejos que eran órdenes. Ella era libre.. andaluza..
era un volante en movimiento, un arrebato de pasión (la vida sin pasión es un
helado de vainilla y un helado de vainilla es un aburrimiento).. era un vestido
rojo, un beso robado, un muletazo. Era de ley!
Macarena jamás olvidaba a los suyos..
Aquella tarde se reunió para beber un vino con su amiga Esperanza.
Esperanza era la esperanza.. azul en su sonido, sensata en su silencio, creyente.
Creyente de las que van a misa cuando lo desean.. y sabe que Dios lo aprecia. Que
muchas (y muchos) van a diario y son después incapaces de tener un detalle o de
hacer un favor. Esperanza era solvente, el capítulo final de un libro, un rayo
de sol de abril. Era de verdad!
Y las dos amigas, se trataban de hermanas, apuntaron a su celebración
al 18: un número que es bastante hermoso! Y al 10: es lo que es redondo. Muchos
que son valientes llevan un 10 en su vida..
Al día de la Esperanza
A cada Esperanza y cada Macarena
A Sevilla
A las personas de ley y de verdad
A Luis
A Carlos, que mejora
A mi querido JC, mi querida B, mi querida I, mi querida L
A Borja
Y a valientes, adoro la valentía
