Por Yazmín Rodríguez Galaz
Pues la salida de Joaquín Díaz Mena del PAN y su posible adhesión al partido Morena en Yucatán, modificará algunas vertientes y posibles resultados en las elecciones del próximo uno de julio y en tanto el partido de Andrés Manuel López Obrador, sigue captando a los inconformes de todos los organismos que quieran irse a su proyecto electoral.
Aunque panistas y gente del Movimiento Ciudadano que se han constituido en un Frente electoral señalan que no habrá mayor cambio con el retiro de “Huacho” de Acción Nacional, la realidad es que sí representará alguna pérdida para ellos y su proyecto, toda vez que el ahora ex panista, tiene bastante ascendencia en las zonas rurales factiblemente del interior de Yucatán.
De entrada, y aunque algunos lo nieguen, la llegada de Díaz Mena a Morena, permitirá cierto número de votos para aportar al proyecto de López Obrador quien según encuestas marcha como el mejor posicionado, pero que en el caso específico de Yucatán no ha logrado alcanzar una mayor membresía.
El conflicto entre Díaz Mena y el presidente estatal de ese partido Raúl Paz Alonso, viene no de ahora sino de tiempo atrás en que el mismo ahora candidato a Senador hizo sus “amarres” a nivel central y evadió en todo momento acordar en la mesa del dialogo a nivel local.
De acuerdo a los comentarios del mismo “Huacho” el candidato a gobernador del PAN y Movimiento Ciudadano se había comprometido a impulsar su candidatura al Senado de la República y a cambio, se haría a un lado en la nominación por el gobierno de Yucatán.
Pero dicen los enterados que Vila Dosal al final de cuentas no se metió mucho en ese problema ante directivos del PAN nacional y eso para el hoy ex panista fue considerado como “traición”.
Evidentemente, la llegada de Díaz Mena a Morena tendrá un efecto incierto para también diverso y es altamente factible que se convierta en una opción diferente para los electores, es decir, para los mismos panistas inconformes y para quienes aún no definen irse con una opción que no sea PAN y PRI o PES, PANAL, PVEM o cualesquiera otro organismo.
Entre la ley de probabilidades, es factible que el mismo “Huacho” decida “jalar” a quienes han estado de su lado y eso son precisamente los panistas.
Desde hace 17 años Díaz Mena sirve y trabaja en el PAN y por tanto sus contactos, afectos y seguidores vienen de ese partido, no del PRI ni de ningún otro.
Díaz Mena que incluso en un tiempo apoyó la llegada de Paz Alonso a la dirigencia estatal del PAN, acaba peleado fuertemente con todo lo que emane del blanquiazul y es posible que en Morena encuentre el apoyo que buscaba y que no obtuvo de los altos mandos del blanquiazul.
Hoy por hoy, es incierto el efecto que pudiera darse en el resultado electoral ante la salida de Díaz Mena, pero es real que al PAN la expectativa le cambia o cuando menos modifica en parte.
Y aunque aún no arrancan las campañas formales que serán el próximo 1º. De Abril (oficialmente es 30 de Marzo, pero será viernes santo ese día), la realidad es que varias circunstancias y actores políticos podrían contribuir para que lo que se percibía meses atrás, ya no sea tan así.
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De golpe y porrazo
El ex diputado y ex funcionario del Ayuntamiento de Mérida, Gaspar Quintal Parra, será quien tenga sobre sus hombros gran parte de la campaña de Víctor Caballero Durán en Mérida, quien hará mancuerna con el todavía delegado de Infonavit Manuel Bonilla Campos.
Al parecer varias de las corrientes priistas se están sumando –aunque lentamente- unos al proyecto de Mauricio Sahuí como el caso de Luis Hevia Jiménez y en el de Caballero como son estos dos casos de Quintal y Bonilla.
Y es que aunque formalmente aparece como coordinador de la campaña en Mérida, Pablo Gamboa Miner, tendrá una escasa sino es que nula contribución en el campaña de la ciudad capital que enfrentará el ex titular de la SEGEY.
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Siguen deshojando la margarita los del PANAL y el PVEM en relación a las candidaturas comunes que son parte del acuerdo nacional con el PRI y en el caso de Yucatán no han definido ni siquiera las convocatorias para las diputaciones federales que les tocarán y la del Senado de la República en la segunda minoría.
Se asegura que el PRI pretendía que el PANAL aceptara modificar el acuerdo nacional de que un miembro de ese partido, fuera el candidato a Diputado federal en el III distrito electoral. Se pretendía o pretende, que un priista sea el aspirante a fin de “levantar la votación”, dicen.
Se espera que en una semana más deban definir ante los tiempos del registro formal ante los órganos electorales.
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Los priistas por cierto están imaginando arrancar campañas en forma conjunta con un evento masivo a fin de demostrar “músculo” electoral en momentos en que a nivel nacional las cosas no le son del todo favorables.
Mucho menos ante la agresividad y amenazas que ha venido planteando el candidato del PAN, Ricardo Anaya. Los pronósticos para el PRI nacional en las 9 gubernaturas en disputa no son del todo halagüeños y de ahí la necesidad de consolidar sus estructuras en varias entidades, entre ellas, Yucatán.
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De esto y más estaremos pendientes.
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