Por: Cristina Padín
Llegó el Adviento. Con la corona y las velas. Y con lo que
de verdad importa. Cuando Z se rompió una pierna C le acompañó en todo el
proceso. En cada cumpleaños de Z a C le hizo mucha ilusión buscar el mejor de
los regalos, no el más caro. El original, el detalle de afecto. Cuando Z
precisó una ayuda laboral C dejó su trabajo una semana para ayudar. No hubo
jamás viaje al que fuera C del que no regresara con un obsequio para Z. Llamaban
a lo suyo amistad real. C necesitó una cosa.. Z jamás respondió. Fue como si no
oyera la pregunta.
Z enciende la vela de Domingo de Adviento. Y se le apaga..
siempre se apaga. Dios la apaga.
F salió de la más pequeña de las aldeas, una que no puede ser
más bonita. F es fuerte, es valiente, es la honestidad. Cuando F empezó a
trabajar confió en M. Y M jamás falló. Si tuvo que quedarse alguien despierto
toda una noche fue M. Cuando a F le rozaron los puñales, siempre hay, M dio la
cara. Si F estaba necesitando aire M fue la brisa. Si hubo que trabajar treinta
horas al día M trabajó treinta y tres. Están allí.. M y F. No llaman a lo suyo
amistad real pero saben que lo es. Las palabritas huecas no entran en su
vocabulario…
La vela de M ilumina el hogar. La de F también, y agrada a
su hijo. Y Dios, que lo ve todo, sonríe..
Ah.. y están en Andalucía.. festejan la bandera andaluza.
Con todo afecto. Viva Andalucía!
El Adviento es verdad
Dedicado a personas de verdad: M y F, que existen; JC, M, B,
A, E, Jmb y varias
A Andalucía. A su bandera. A su luz. Amo esa tierra
A los M
A Luis
A las personas que saben mantener tradiciones
A diciembre
A mi amiga Maite, feliz cumpleaños
A los valientes de aldeas bellas
A la valentía
Y a la palabra sincera