Iniciando el preelectoral en diciembre.
Por: Francisco López Vargas.
Vistos los panistas en la edición pasada, los priistas enumerados en esa relación del Diario de Yucatán publicada la semana pasada, con base en declaraciones del sociólogo Luis Ramírez Carrillo, se habla de Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador de la bancada de su partido en la Cámara de Diputados; Mauricio Sahuí Rivero, secretario estatal de Desarrollo Social, y Víctor Caballero Durán, secretario estatal de Educación.
Dice que el posible “caballo negro” priista sería el diputado federal Felipe Cervera Hernández, aunque, agrega el analista, arrastra aspectos negativos en su carrera política.
En su entrevista, el sociólogo no incluye al diputado federal Pablo Gamboa Miner, cuya labor tampoco puede dejar de verse.
En política, como en mercadotecnia, los personajes deben de medirse de varias maneras: conocimiento, menciones positivas y negativas, además de su labor en su presente encomienda.
Quizá los dos aspirantes que tengan que remontar sus propios orígenes y trayectorias sean Ramírez Marín, con más de una polémica a cuestas, y Cervera cuyo legado familiar no puede saber con detalle si le sirve de impulso o lo frenaría a pesar de que él ha labrado su propio camino con sus propios méritos y trabajo.
Quizá el que más atención ha tenido es Ramírez Marín. Envuelto en una polémica constante por acusaciones de vínculos con lavado de dinero y actos de corrupción con el gobernador Roberto Borge, el hoy legislador también tiene a cuestas su pésima relación con la ex gobernadora Ivonne Ortega cuyos simpatizantes también tienen agravios del legislador que enumeran a la más mínima provocación.
Los antecedentes del que fuera secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano se remontan a sus inicio en la política cuando dejó demasiados agravios y evidenció su falta de compromiso con la gente que trabajó con él. Proveedores y colaboradores de esa primera encomienda tienen claro que Ramírez no sólo no paga sino que no da la cara.
Jorge Carlos vio sus primeros días en la escuela de cuadros del PRI y en la Comuna interina de Tuffy Gáber Arjona para luego aparecer vinculado al grupo de Víctor Cervera Pacheco. Ramírez perdió su primera elección contra Manuel Fuentes Alcocer, a pesar de que el ahora ex alcalde no era conocido, como nadie lo recuerda hoy a pesar de haber competido contra Víctor Cervera Pacheco por la Comuna capitalina.
Ramírez ha hecho una carrera mezclada entre lo local y lo federal: diputado local, federal, presidente del PRI estatal, oficial mayor y administrador jurídico del SAT desde donde se fundan sus acusaciones de lavado de dinero y planeación impositiva.
Fue vicecoordinador en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto a la presidencial ser aislado de la candidatura local. Durante el gobierno de Ivonne Ortega, Ramírez sintió el desprecio de la clase política local sobre todo cuando intentó organizar eventos para proyectar sus aspiraciones. Siempre lo dejaron solo.
Carente de afectos reales, Ramírez Marín presume el impulso que recibió Beatriz Paredes y de Rafael Rodríguez Barrera, con quienes trabajó en la Cámara de Diputados, pero se le vincula con temas de evasión fiscal y lavado de dinero lo mismo en Tijuana que en Quintana Roo así como de especulación inmobiliaria y despojo tierras a ejidatarios.
Los antecedentes de Ramírez Marín serían suficiente como para cerrarle el paso a la gubernatura a pesar de tener algunos apoyos sólidos en el gabinete de Peña. Sin embargo, el desastre que se asevera dejó en Sedatu llevó a Jesús Murillo Karam a sustituirlo para arreglarlo y dejarle la puerta abierta a Rosario Robles, que se encargaría de tratar de recuperar posiciones para el PRI en la Ciudad de México.
De Felipe Cervera no se conoce actividad empresarial alguna más que la administración de los ranchos paternos y un despacho jurídico contable. Lo demás ha sido su labor en el PRI como dirigente y en la CNC y como diputado local y ahora federal y secretario de Desarrollo Rural y Pesca.
Discreto y hasta introvertido, Felipe lleva a cuestas la historia de su padre, pero también su propia trayectoria.
Felipe, el menor de los hijos del ex gobernador Cervera Pacheco, anunció su pretensión de ser candidato en abril pasado, pero no ha realizado actividades públicas que acrediten su pretensión. De hecho, el único aspirante a candidato que tiene una campaña casi permanente es Ramírez Marín quien fue oficial mayor en la segunda gestión de Don Víctor.
Para Felipe, su labor será su aval aunque cuenta con la fortaleza de un apellido que su padre forjó en la polémica.
Para Ramírez Marín su propia trayectoria se ha convertido en su peor recomendación y hasta en lastre para sus aspiraciones lo que demostraría el porqué de sus desesperado intento de ser candidato.
De los otros candidatos, en la próxima edición.