En las últimas 24 horas, decenas de personas, incluidos niños, han perdido la vida en la Franja de Gaza como consecuencia de los ataques israelíes en un contexto marcado por la escalada del enfrentamiento entre Israel e Irán. Según el Ministerio de Salud palestino, más de 70 personas murieron este jueves; varios menores fallecieron en bombardeos en Jabalia al‑Balad y en el campo de refugiados de Al‑Shati “a causa del bombardeo”.
Los ataques se dirigieron contra viviendas y también alcanzaron a personas que aguardaban ayuda alimentaria. El personal médico informó que 14 personas yacían en una carpa en Khan Younis, mientras que otras once murieron junto a un convoy de la ONU en la zona de Salahuddin, en Gaza Central. El Ministerio añadió que desde que se reactivaron parcialmente las entregas de ayuda a finales de mayo, cerca de 397 personas han sido asesinadas y más de 3 000 resultaron heridas al buscar alimentos.
El escenario humanitario en Gaza es cada vez más crítico. Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, más de 55 600 palestinos han perdido la vida, entre ellos al menos 17 400 niños, y se estima que un 80 % de las víctimas han sido civiles, muchas de ellas mujeres y niños. Además, hospitales saturados, distribuciones insuficientes de ayuda y el bloqueo han provocado situaciones desesperadas. Como afirmó Rosalía Bollen, portavoz de Unicef:
“Nadie debería elegir entre jugarse la vida por comer o morir de hambre”.
El incremento de la violencia en Gaza coincide con un enfrentamiento directo entre Israel e Irán que ha cobrado una dimensión inédita. Desde el 13 de junio infraestructuras nucleares y militares iraníes han sido bombardeadas en lo que Israel ha calificado como “Operación León Creciente”, situando al conflicto en una fase abierta. La respuesta iraní, denominada “Operación Promesa Verdadera III”, incluyó el lanzamiento de más de 150 misiles balísticos y 100 drones contra Israel.
Como resultado, Israel sufrió decenas de muertos y varios edificios dañados, incluido el hospital Soroka en Beersheba, con más de 240 heridos confirmados. La respuesta militar de ambos países ha acaparado la atención internacional y ha aumentado la presión diplomática para lograr un alto el fuego.
Organizaciones internacionales, entre ellas la ONU y la Unión Europea, urgieron a la contención. Los líderes de China y Rusia también pidieron una solución política, mientras que lamentos humanitarios como los de Unicef insisten en que “la ayuda humanitaria por sí sola no basta” sin el cese de bombardeos y la apertura de pasos fronterizos.
En este panorama, la población civil de Gaza continúa pagando con su vida la intensidad de los combates. La muerte de personas que buscan alimentos revela la crueldad de un conflicto que mezcla combates militares con una devastadora crisis humanitaria, y cuyo desenlace dependerá de la presión internacional y la capacidad de ambas partes para frenar la violencia.