El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su política comercial proteccionista durante su segundo mandato, implementando aranceles generalizados que han provocado una creciente incertidumbre económica tanto a nivel nacional como internacional.
El 2 de abril de 2025, Trump anunció un arancel base del 10% sobre todas las importaciones, excluyendo a Canadá y México, junto con aranceles “recíprocos” específicos para aproximadamente 60 países, en lo que denominó el “Día de la Liberación” económica de Estados Unidos. Estas medidas se suman a aranceles previos del 25% sobre productos de acero y aluminio, así como a aranceles del 25% sobre la mayoría de los bienes provenientes de México y Canadá, y del 20% sobre productos chinos.
Las políticas arancelarias de Trump han generado tensiones con socios comerciales clave. México y Canadá han respondido con medidas de represalia, incluyendo aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de miles de millones de dólares. Estas acciones han afectado negativamente a sectores como la automoción, la agricultura y la manufactura en Estados Unidos, elevando los costos para los consumidores y las empresas.
A nivel interno, la economía estadounidense muestra signos de desaceleración. El índice de confianza del consumidor, aunque repuntó ligeramente en mayo tras una tregua parcial en la guerra comercial con China, aún se mantiene por debajo de los niveles anteriores al regreso de Trump a la presidencia. Además, la economía se contrajo en el primer trimestre de 2025, y la amenaza de nuevos aranceles continúa generando incertidumbre en los mercados.
En el ámbito fiscal, la reciente aprobación de una extensa ley impulsada por Trump, que incluye recortes de impuestos y gasto social, ha suscitado preocupaciones sobre el aumento del déficit y la deuda nacional. Moody’s ha rebajado la calificación de la deuda estadounidense, advirtiendo sobre un déficit proyectado del 9% del PIB y una deuda pública que podría alcanzar el 134% del PIB en 2035.
A pesar de las medidas adoptadas, la estrategia comercial de Trump ha sido criticada por su falta de coherencia y por generar volatilidad en los mercados. Los expertos señalan que las políticas arancelarias podrían tener efectos negativos a largo plazo en la economía global, incluyendo una reducción del crecimiento económico y un aumento de la inflación.


