Desde siempre intuyó que sí tenía corazón.. era obvio. A menudo veía gente pasar por delante de otra gente hambrienta o enferma sin inmutarse. Sin detenerse. Sin llorar..
Al libro, en cambio, se le partía el alma!
En aquella época participó en un experimento. Soltaron por la plaza del pueblo tablets, chocolatinas, gominolas de azúcar, balones y libros..
El libro formaba parte de esa comitiva..
Por las tablets hubo peleas reales, pelearon mayores y niños. Patético! Luego desaparecieron las gominolas de azúcar. Después el chocolate.. los balones tardaron.
Los libros se quedaron allí, bajo el frío de la noche.. Por la mañana dos chicos de otra aldea, que querían ser toreros y querían que la Fiesta siguiera siendo culta, los cogieron.
El libro, y su corazón, latieron por fin…
Es muy triste que en la época de las facilidades la gente no lea. Está pasando!
Dedicado a los libros
A la gente que lee
A mi familia, lectora lectora
A mi amiga María, gran lectora
Al toreo
A mi mago
Y a mi Luis