La Revista

El Impacto de las Tecnologías en niños menores de 10 años.

Por Marco Antonio Cortez Navarrete

En la actualidad, el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se ha extendido a todos los sectores de la sociedad, incluyendo a los más jóvenes.

Niños menores de 10 años crecen hoy en entornos cada vez más digitalizados, donde los dispositivos electrónicos, el acceso a internet y las aplicaciones educativas o de entretenimiento son parte habitual de su vida diaria.

Este fenómeno, aunque con ventajas evidentes, también plantea retos importantes para su desarrollo físico, emocional, social y cognitivo.

Uno de los aspectos más visibles de la penetración de las TIC en la infancia es el uso temprano de dispositivos como tabletas y teléfonos inteligentes.

Según diversos estudios internacionales, una gran proporción de niños entre 5 y 10 años accede diariamente a contenidos digitales, ya sea para jugar, ver videos o interactuar con plataformas educativas.

En muchos hogares, estos dispositivos se convierten en herramientas de distracción o incluso de aprendizaje, sobre todo en contextos donde los padres buscan combinar el entretenimiento con el desarrollo de habilidades.

Las TIC han demostrado ser útiles en el aprendizaje infantil cuando se utilizan de forma guiada y con contenidos adecuados.

Existen aplicaciones diseñadas para mejorar el razonamiento lógico, la lectoescritura, el cálculo y la creatividad. Además, el acceso a información global permite a los niños desarrollar una comprensión más amplia del mundo, fomentando la curiosidad y el pensamiento crítico desde una edad temprana.

Sin embargo, el uso excesivo o no supervisado de estas tecnologías puede tener consecuencias negativas. Entre las más señaladas se encuentran el sedentarismo, que contribuye a problemas de salud como la obesidad infantil; la sobreexposición a estímulos visuales y sonoros que pueden afectar la capacidad de concentración; así como el aislamiento social, cuando el tiempo frente a la pantalla sustituye el juego físico o la interacción con otros niños.

Otro desafío importante es la seguridad digital. Muchos menores acceden a contenidos inapropiados o son expuestos a riesgos como el ciberacoso, la publicidad invasiva o la recolección no autorizada de datos personales. La falta de conocimiento por parte de padres y cuidadores sobre las herramientas de control parental o los riesgos del entorno digital incrementa la vulnerabilidad de estos usuarios jóvenes.

En el ámbito educativo, el papel de las TIC se ha vuelto más relevante tras eventos como la pandemia de COVID-19, que obligó a implementar clases en línea incluso para los más pequeños. Aunque esta modalidad permitió dar continuidad al aprendizaje, también evidenció la brecha digital entre niños con y sin acceso adecuado a tecnología, lo que acentuó desigualdades sociales preexistentes.

La clave está en lograr un equilibrio: fomentar el uso responsable y positivo de las TIC, con acompañamiento adulto y límites claros. La alfabetización digital desde una edad temprana, tanto para niños como para sus padres o tutores, es fundamental para aprovechar los beneficios sin descuidar los riesgos.

En resumen, las tecnologías de información y comunicación han transformado la infancia moderna. Su presencia es innegable y, bien utilizadas, pueden convertirse en aliadas poderosas para el aprendizaje y la creatividad. No obstante, requieren una gestión consciente, participativa y crítica por parte de adultos responsables que guíen a los menores en su uso. Solo así se garantizará que estas herramientas contribuyan verdaderamente a un desarrollo integral y sano.

Hasta la próxima y le recuerdo sea feliz 🫶

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