La creciente percepción de vulnerabilidad en Europa ha generado un notable incremento en las acciones de las empresas de defensa del continente. El índice STOXX Europe 600 Aerospace & Defense ha alcanzado niveles récord, reflejando la confianza de los inversores en este sector.
Este auge se debe, en parte, a la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su compromiso con la seguridad europea, lo que ha llevado a los países de la región a reforzar sus propias capacidades defensivas. Además, la presión para aumentar el gasto militar ha beneficiado directamente a las empresas del sector.
Empresas como BAE Systems han reportado incrementos significativos en sus ganancias. La compañía británica registró un beneficio de 3.000 millones de libras en el último año, atribuido a las “crecientes amenazas” en la seguridad global.
En Alemania, Rheinmetall ha duplicado el valor de sus acciones desde la elección de Donald Trump, aunque su crecimiento depende en gran medida de los compromisos políticos europeos para aumentar el gasto en defensa más allá del 2% del PIB recomendado por la OTAN.
La Comisión Europea ha propuesto eximir el gasto en defensa de las normas fiscales del bloque, lo que podría facilitar una mayor inversión en este ámbito. Sin embargo, los presupuestos estatales ajustados y la competencia internacional representan desafíos para el crecimiento sostenido de la industria armamentística europea.
En resumen, la combinación de factores geopolíticos y decisiones políticas internas ha fortalecido a las empresas de defensa europeas, posicionándolas favorablemente en el mercado bursátil y en la economía global.


