La Revista

En busca de la Felicidad VII

Santiago Heyser
Santiago Heyser
Sígueme en redes sociales:

De Ser a Ser, por: Santiago Heyser.

Quien creemos que somos, es el azaroso resultado del lugar, época y cultura en la que nacimos; pero si hubiéramos nacido en otro lugar y otra época, siendo nosotros mismos, creeríamos que somos alguien diferente.

De nuestra lista de diez, hemos comentado acerca de ocho razones que nos impiden alcanzar un estado de felicidad: 1.- No somos conscientes de nosotros mismos; 2.- No vivimos la vida cuando sucede, en el momento presente; 3.- No aceptamos la realidad y luchamos contra ella; 4.- Creamos expectativas. 5.- Creemos que la felicidad es algo que obtenemos y es externo a nosotros. 6.- Creemos que para ser felices necesitamos a alguien. 7.- No hacemos lo que queremos. 8.- Estamos estáticos en nuestras vidas en lugar de estar en movimiento, creciendo y viviendo.

Resolver la siguiente causa, razón o motivo de infelicidad implica un esfuerzo especial, ya que es una agresión directa a nuestro ego, y consecuencia de ello, nos cuesta mucho trabajo aceptar que: 9.- No razonamos y dejamos que los condicionamientos culturales, religiosos y la educación que recibimos determinen nuestras vidas sin evaluarlos ni cuestionarlos.

Comencemos por abrir nuestra mente y recordar que lo que somos en última instancia, nada tiene que ver con lo que creemos y pensamos. Quien creemos que somos, cuando no razonamos ni somos conscientes, es relativo y condicionado. Simplemente es un cúmulo de información azarosa resultado de nuestra propia historia de vida, la época en la que nacimos, nuestra educación, el entorno sociocultural en el que nos desenvolvemos y la influencia religiosa, entre otros factores. Dicho de otra manera, nuestra forma personal de ver la vida la hemos aprendido del exterior y nos es difícil darnos cuenta de que nuestra propia perspectiva de la vida, no sólo está limitada, sino que además no es en realidad nuestra, ¡aunque creemos que sí! Vamos a analizarlo: imagina por un momento que hubieras nacido hace quinientos años en el oriente en lugar de nacer en el occidente, con otros papás y una cantidad distinta de hermanos, obviamente hubieras estudiado en otro tipo de escuela o ni siquiera hubieras estudiado porque en aquellas fechas no había escuelas y por supuesto, te hubieran enseñado una religión distinta… sin embargo seguirías siendo tú ¿de acuerdo?, sólo habrías nacido en otro momento y en otro lugar ¿De verdad crees que pensarías igual que como piensas ahora? ¿Crees que tendrías los mismos objetivos en tu vida? ¿Los mismos gustos, aspiraciones y miedos? ¿Crees que creerías en el mismo dios?, a lo mejor ni siquiera creerías en un dios porque te habrían enseñado cosas diferentes. Ni siquiera hablarías el mismo idioma, reflexiona al respecto… y mientras lo haces, te adelanto que la respuesta a todas estas preguntas es ¡no!; por una sencilla razón, en términos simples, hubieras recibido diferente información desde que naciste y hubieras reaccionado en tu vida conforme a ella.

¿Cuál es el punto entonces? El punto, es despertar nuestra capacidad de razonar, siendo conscientes de quiénes somos y de cómo actuamos, en lugar de reaccionar en modo automático (dormidos), como resultado de la programación y condicionamiento que hemos recibido. Es natural que la época y el entorno nos condicionen, es parte de la vida y no hay conflicto en ello. El problema es que no nos damos cuenta que es algo circunstancial y externo, y terminamos por considerarlo como parte de nuestra esencia, a tal grado, que hasta nos sentimos agredidos cuando nuestros condicionamientos reciben ataques (cosa de ver a Musulmán que dicta pena de muerte a quién se burla de Mahoma, cuando simplemente podría ignorarlo), porque creemos que nos están atacando a nosotros, como cuando alguien tiene un punto de vista diferente respecto a algo en lo que hemos creído durante toda nuestra vida o cuando se dice algo negativo de la comunidad en donde nacimos o respecto al candidato que elegimos.

La parte escurridiza aquí, es que ¡no nos damos cuenta que todas las ideas y creencias que nos conforman son circunstanciales y no son nuestras!, ¡son inducidas!, no es lo que somos. La sugerencia es evaluar lo aprendido usando nuestra inteligencia y no nuestras emociones que son el resultado de los pensamientos que generamos derivados del mismo condicionamiento fortuito. Hay que razonar y dejar de creer en lo que creemos sólo porque nos lo enseñaron o porque es una tradición familiar o una costumbre social en nuestro país o de la época. Hay que conducir nuestras vidas a partir del análisis consciente de las situaciones y de la información con la que contamos… ¡Razonando!

Una vez que hemos comprendido esto, dimos un paso importante para ser felices, porque nuestra felicidad estará determinada por nosotros y nuestra esencia y no por las circunstancias, el entorno o el condicionamiento externo… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Twitter: @SantiagoHeyser
Correo: Heyser@deSeraSer.mx

Santiago Heyser
Santiago Heyser
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último