La Unión Europea y Estados Unidos concluyeron recientemente un acuerdo comercial que evita una escalada arancelaria pero ha sido duramente criticado por Francia, cuyos representantes lo calificaron de acto de “sumisión” y “día oscuro” para Europa.
El pacto establece la imposición de un arancel del 15 % sobre la mayoría de los productos europeos exportados a Estados Unidos a partir de agosto, reduciendo la amenaza inicial del 30 %, aunque manteniendo niveles significativamente superiores a las tasas previas cercanas al 2.5 % o 10 %.
El primer ministro francés, François Bayrou, advirtió que este escenario representa “una alianza de pueblos libres” resignándose ante la “sumisión” a la presión estadounidense y cuestionó que la UE, con esta concesión, debilite su soberanía económica.
En contraste, otros países miembros consideraron el acuerdo como un mal necesario. El canciller alemán Friedrich Merz lo definió como el mejor resultado posible bajo las circunstancias, destacando que evitó un conflicto comercial que podría haber afectado seriamente a la economía alemana.
El pacto contempla exenciones sectoriales en áreas como el automotriz y farmacéutica, aunque sectores claves como el vino, los licores y el acero, especialmente sensibles para la industria francesa, continuarán bajo revisión.
Además, Francia ―junto con autoridades europeas como el ministro de Comercio Laurent Saint-Martin― ha presionado para activar el llamado “instrumento de anti-coerción” de la UE, considerado el “armamento más poderoso” en materia comercial, que permitiría aplicar contramedidas jurídicas y económicas contra Estados Unidos si fuera necesario.
Resonancia en los mercados y efectos económicos
Posterior al anuncio del acuerdo, el euro cayó cerca del 1.3 %, tocando mínimos no vistos en dos meses, mientras el dólar se fortaleció ante la percepción de debilidad relativa de la eurozona. Analistas advirtieron que, aunque el pacto evitó sanciones mayores, su carácter desigual podría lastrar el crecimiento europeo a corto y mediano plazo.
Aunque algunos líderes europeos consideran el acuerdo una herramienta para preservar estabilidad económica y cooperación, Francia ha sido enfática al señalar que la UE ha demostrado falta de firmeza negociadora frente a las demandas de Trump.
Perspectivas y divisiones al interior de la UE
- Francia exige activamente que la Unión Europea aplique represalias comerciales —incluyendo el uso del mecanismo de anti-coerción— contra Estados Unidos si este continúa imponiendo aranceles.
- Alemania e Italia muestran una postura más pragmática y moderada, priorizando evitar un enfrentamiento comercial con Washington.
- Francia también ha sido señalada como promotora de una búsqueda acelerada de autonomía estratégica y capacidad defensiva —en un contexto que incluye propuestas de un ejército europeo— como respuesta a la creciente tensión global.
En resumen, el acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos ha evidenciado tensiones internas profundas entre una posición francesa de resistencia y exigencia de reciprocidad, frente a la visión pragmática de otros miembros que priorizan la contención de daños económicos inmediatos.


