El tenis, con su elegancia natural y su herencia estética impoluta, se convierte en la pista ideal para la nueva propuesta de Gucci. Bajo el nombre de “Gucci Tennis 2025”, la casa italiana presenta una colección que no solo reinterpreta los códigos clásicos del deporte blanco, sino que los eleva a un nuevo estándar de sofisticación contemporánea.
Fotografiada bajo la mirada cálida de Sam Rock, la campaña transcurre en escenarios soleados que evocan una atmósfera de veranos eternos, donde el deporte es solo el pretexto para explorar una estética profundamente arraigada en los años 70. Las imágenes no documentan un partido, sino una actitud: la del jugador que entiende el estilo como una extensión de su presencia.
La colección ofrece una gama equilibrada de prendas para hombres y mujeres, desde faldas plisadas y tops sin mangas con detalles en la icónica franja verde-roja-verde de Gucci, hasta polos y suéteres que remiten al vestuario de las leyendas del tenis, pero con siluetas actualizadas y materiales de lujo. El algodón estructurado convive con tejidos técnicos en un diálogo entre herencia y funcionalidad.
Sin embargo, no se trata solo de ropa. Gucci entiende el deporte como universo completo y por eso amplía su propuesta con una selección de accesorios que capturan la esencia del lifestyle tenístico: cintas de cabeza, viseras, bolsos de lona, gafas retro y calcetas altas que refuerzan la imagen de una nueva aristocracia deportiva. Cada elemento parece sacado de una película vintage, pero adaptado al lenguaje contemporáneo de la marca.
Como parte esencial de esta narrativa, Gucci presenta una colaboración exclusiva con la firma HEAD, uniendo el savoir-faire del lujo con la ingeniería deportiva. El resultado: una raqueta de edición limitada donde las cuerdas rojas forman el emblema entrelazado de la casa y el marco luce orgulloso la franja Web, transformando el objeto funcional en una pieza de diseño.
“Gucci Tennis 2025” no es una colección deportiva en el sentido técnico. Es una oda al estilo de vida que rodea a uno de los deportes más estéticos del mundo. Una forma de vestir que no solo se ve en las canchas, sino que trasciende a terrazas, clubes, y editoriales de moda. La propuesta reafirma el poder de la marca para fusionar el pasado con el presente, y transformar lo cotidiano en un manifiesto de elegancia.
Gucci no juega al tenis. Gucci lo estiliza.
