Le habían dicho que no se odia. Pero odiaba. Ella odiaba a los seres presuntuosos y a los que escribían flamenco con k. Los volantes de su vestido eran blancos, y ella era de tez más morena que el azabache.. y su silueta era española y pura.. Era una flamenca que vivía en una camiseta: cabellos ensortijados de color negro, taconeo en arte y piel, era preciosa y coqueta…
Y se escapó!
Se escapó de la camiseta para viajar. Ella lo que deseaba más que otra cosa era aplaudir el arte de El Pele y de Lin Cortés en Córdoba
aquel 7 de junio! Y para lograrlo tuvo que escaparse. Estaba mal… al igual que odiar.. pero era humana, como dicen los jefes que son asombrosos! Se escapó.. y se ocultó en una cesta! Y la cesta, afortunadamente, se subió a un tren que llegaría a Andalucía…
La flamenca de la camiseta era muy de ley. Y muy de verdad! Era una flamenca real, no de las que creen que lo son únicamente por ponerse lunares en brazos y piernas. Sabía del barrio de Santiago en Jerez, y conocía a la magistral Mónica Iglesias. Y al increíble Fran Vílchez. Apreciaba el arte de Vicente Amigo. Había leído de Fernanda y Bernarda de Utrera. Y tocaba la guitarra…
Ahora viaja en tren para deleitarse con la pureza de El Pele y la raza de Lin. Y también le encantaría ir una tarde a los toros!
Dedicado al flamenco
A El Pele
A Lin Cortés
A mi hermana, que también diseña camisetas. Muy hermosas
A María, que diseña cosas hermosas y es tan simpática
A Vicky Martín-Berrocal: artista y flamenca
A Vicente Amigo
A Jerez
A Utrera
Al toreo
Al jefe. Con cariño
A Luis