La Revista

Las radios universitarias deben modernizarse

Por Marco Antonio Cortez Navarrete

Las radios universitarias son vitales para democratizar el conocimiento y fortalecer la vida cultural y cívica del país.

Su existencia no sólo está justificada: es necesaria, pero deben modernizarse, diversificar sus formatos y abrir más espacios a la interacción con la sociedad si quieren seguir cumpliendo su función con eficacia en el siglo XXI.

En México, muchas universidades públicas autónomas cuentan con estaciones de radio propias —como Radio UNAM, Radio UDG, Radio Universidad Veracruzana, Radio UABJO y Radio UADY, entre otras—, y su existencia responde a una misión clara: ser un puente entre el conocimiento académico y la sociedad.

Estas radios permiten que los saberes producidos en las aulas, laboratorios y centros de investigación salgan de los recintos académicos y lleguen a públicos amplios.

Divulgan ciencia, arte, historia, cultura y derechos humanos de forma accesible, contribuyendo a la formación crítica de la ciudadanía.

Al no depender de intereses comerciales ni políticos (en teoría), estas estaciones promueven contenidos diversos, independientes y muchas veces alternativos a los que se ofrecen en los medios convencionales.

Las estaciones radiofónicas de las universidades públicas autónomas son laboratorios vivos para estudiantes de comunicación, periodismo, ciencias sociales, música y más, que encuentran en ellas un espacio para experimentar y aprender profesionalmente.

Difunden música, teatro, cine, literatura y lenguas originarias que difícilmente tienen cabida en la radio comercial, lo que las convierte en defensoras del patrimonio cultural y lingüístico del país.

¿Están cumpliendo con su función?

Muchas estaciones universitarias hacen un trabajo excepcional con recursos limitados, generando contenidos de alto valor educativo, social y cultural. Sin embargo, hay retos como la falta de presupuesto y apoyo institucional, algunas operan con escasos recursos técnicos y humanos, lo que limita su alcance.

En ciertos casos, la programación es endogámica o poco atractiva, lo que reduce su impacto. Pese a su riqueza de contenidos no han sabido posicionarse en el ecosistema digital o competir por audiencias más jóvenes.

Sirva esta reflexión para crear conciencia y prestar atención, como debería ser, a este tesoro que tienen las casas de estudios y que muchas veces ignoran o tienen en el olvido.

Hasta aquí mi comentario. Gracias por leerme

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