Las últimas lluvias torrenciales que afectan a diversas regiones de México han dejado un saldo lamentable: al menos 64 muertes confirmadas y 65 personas desaparecidas, según reportes oficiales vinculados al fenómeno.
Los estados más castigados son Hidalgo, Veracruz, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí. En Hidalgo, se contabilizan al menos 21 fallecidos y 43 desaparecidos, mientras que Veracruz registra 29 decesos y 18 personas sin localizar. Las precipitaciones también han ocasionado daños severos: más de 81 000 viviendas afectadas, 1 000 km de carreteras dañadas, así como estragos en instalaciones médicas y escolares.
Las autoridades federales han respondido movilizando cerca de 8 700 elementos del Ejército, Marina y Guardia Nacional para labores de auxilio, rescate y restablecimiento de servicios. En tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que la Comisión Nacional de Emergencias continúa en sesión permanente. En un mensaje en su cuenta de X, informó: “Continuamos con atención a la emergencia en Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí, en coordinación con los gobernadores […] y diversas autoridades federales”.
Las inundaciones también han aislado comunidades enteras: se reportan al menos 117 municipios afectados, con viviendas anegadas, vías bloqueadas y deslaves espontáneos en zonas montañosas. En Veracruz, por ejemplo, hay más de 16 000 viviendas dañadas, 25 vías dañadas y 42 comunidades con acceso limitado.
Organismos de protección civil estatales y municipales trabajan junto con entidades federales como la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la Comisión Nacional del Agua y la CFE para restablecer la infraestructura de servicios básicos.
La población de las zonas rurales y montañosas es la más vulnerable: muchos hogares han perdido sus pertenencias, el suministro de agua potable es intermitente y los accesos siguen colapsados. La reconstrucción implicará un esfuerzo prolongado y coordinado entre los tres niveles de gobierno.


