La boxeadora profesional británica Georgia O’Connor falleció el pasado 23 de mayo de 2025 a los 25 años, luego de una dura batalla contra el cáncer. Su muerte ha causado conmoción en el mundo del deporte, no solo por su juventud y prometedora carrera, sino también por las fuertes críticas que realizó contra el sistema médico durante su enfermedad.
O’Connor, quien destacó en el boxeo amateur y profesional en el Reino Unido, denunció públicamente que fue víctima de negligencia médica. Afirmó que los médicos que la trataron la hicieron sentir como una “rata de laboratorio”, ya que, según su testimonio, no se le brindó un tratamiento adecuado ni humano durante su proceso contra la enfermedad. Esta acusación ha reavivado el debate sobre la atención médica que reciben los atletas de alto rendimiento y los jóvenes diagnosticados con enfermedades graves.
A lo largo de su carrera, Georgia fue reconocida por su disciplina y talento sobre el cuadrilátero, donde acumuló múltiples títulos nacionales. Además, era una voz activa en la lucha por la salud mental y el bienestar de las mujeres en el deporte.
Sus familiares, amigos y colegas han lamentado profundamente su pérdida, describiéndola como una mujer valiente que no solo peleaba en el ring, sino también en la vida. En redes sociales, se multiplican los mensajes de homenaje y apoyo a su familia.
El legado de O’Connor no solo vivirá en los logros deportivos que consiguió, sino también en la conversación que ha dejado abierta sobre la necesidad de mejorar la empatía y profesionalismo en el trato médico, especialmente en pacientes jóvenes con enfermedades graves.