El ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, calificó de “capitulación” la posibilidad de ceder grandes franjas de territorio ucraniano a Rusia, como sugiere una reciente propuesta de paz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En declaraciones a la radio pública alemana ARD, Pistorius afirmó que Ucrania “ciertamente no debería llegar tan lejos como la última propuesta del presidente estadounidense” y advirtió que “Ucrania por sí sola podría haber obtenido hace un año lo que incluía esa propuesta, prácticamente mediante una capitulación”, subrayando que no ve “ningún valor añadido”.
La propuesta de Estados Unidos contempla el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea, anexada ilegalmente en 2014, así como la entrega de territorios adicionales ocupados por Moscú desde el inicio de su ofensiva a gran escala en 2022, según funcionarios familiarizados con el plan. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, reafirmó su negativa a hacer concesiones territoriales, declarando: “Este [territorio] no es de mi propiedad. Es propiedad del pueblo ucraniano”.
En un intento diplomático significativo, Trump y Zelensky se reunieron en el Vaticano el pasado sábado antes del funeral del Papa Francisco. Posteriormente, Trump expresó: “Quiero que deje de disparar, se siente y firme un acuerdo”, refiriéndose al presidente ruso, Vladimir Putin, e insistió en que “tenemos los límites de un acuerdo” que podría poner fin a la guerra. No obstante, Trump también planteó dudas sobre la voluntad de Putin de alcanzar la paz, comentando en su plataforma Truth Social que el ataque reciente a Kyiv “me hace pensar que tal vez no quiere detener la guerra, solo me está dando golpecitos”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, calificó la próxima semana como “muy crítica” para los esfuerzos de mediación, indicando en NBC que “estamos cerca” de un acuerdo, pero “no lo suficientemente cerca”.
En un desarrollo paralelo, Corea del Norte reconoció públicamente el envío de tropas para luchar en apoyo de Rusia en la región de Kursk, en Ucrania. La Comisión Militar Central norcoreana, citada por la agencia estatal KCNA, afirmó que las tropas participaron en “operaciones para liberar el área de Kursk” y lograron una “preciosa victoria”.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, ordenó el despliegue en virtud de un tratado de asociación estratégica firmado con Moscú el año pasado. “Aquellos que lucharon por la justicia son todos héroes y representantes del honor de la patria”, declaró Kim, quien anunció además la construcción de un monumento en honor a los combatientes.
De acuerdo con reportes de inteligencia occidental y funcionarios ucranianos, aproximadamente 12.000 soldados norcoreanos habrían sido enviados a Rusia. Además, Corea del Norte habría proporcionado misiles balísticos de corto alcance y una cantidad significativa de armamento pesado.
El jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, agradeció públicamente a las tropas norcoreanas, elogiando su “alto profesionalismo, tenacidad, coraje y heroísmo en la batalla”.
Sin embargo, la participación norcoreana en el conflicto ha generado preocupación internacional. El Departamento de Estado de Estados Unidos instó a terminar con cualquier colaboración militar entre Rusia y Corea del Norte, enfatizando que “el despliegue militar de Corea del Norte en Rusia y cualquier apoyo proporcionado por la Federación Rusa debe terminar”. Asimismo, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur condenó la acción, señalando que constituye “una violación de las resoluciones de la ONU y un acto ilegal que amenaza la paz mundial”.
La implicación directa de Corea del Norte en el conflicto ucraniano rememora las tácticas de encubrimiento utilizadas por Rusia en 2014 durante la anexión de Crimea, cuando Moscú negó inicialmente la presencia de tropas regulares en el territorio.
La situación en Ucrania continúa siendo tensa, con enfrentamientos activos en Kursk y un incierto panorama diplomático para los esfuerzos de paz internacionales.