El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció públicamente por primera vez que soldados norcoreanos participaron en los combates para recuperar territorio en la región rusa de Kursk, tras una incursión ucraniana el año pasado. En un comunicado emitido este lunes, Putin afirmó: “Nuestros amigos coreanos actuaron por un sentido de solidaridad, justicia y genuina camaradería”.
Asimismo, el mandatario ruso elogió el desempeño de las fuerzas norcoreanas en el terreno. “Rendimos homenaje al heroísmo, al alto nivel de entrenamiento especial y al sacrificio de los soldados coreanos que, codo a codo con los luchadores rusos, defendieron nuestra patria como si fuera la suya”, expresó Putin durante una ceremonia en el Kremlin, en Moscú, el 25 de marzo de 2025.
De acuerdo con informes de inteligencia occidental y autoridades ucranianas, alrededor de 12.000 soldados norcoreanos fueron enviados a luchar en Rusia, cifra que posteriormente se incrementó con el envío de otros 3.000 efectivos, junto a armamento pesado como misiles balísticos de corto alcance y obuses autopropulsados, según datos del ejército surcoreano. Corea del Norte confirmó oficialmente su participación el lunes a través de la agencia estatal KCNA, declarando que “las operaciones para liberar la zona de Kursk para repeler la invasión de la Federación Rusa por parte de Ucrania concluyeron victoriosamente”.
Esta colaboración se enmarca en el histórico pacto de defensa firmado entre Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un el año pasado, mediante el cual ambos países acordaron brindar asistencia militar inmediata en caso de agresión a cualquiera de las partes, elevando su relación bilateral a un “nuevo nivel”.
Mientras tanto, los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un cese al fuego en Ucrania continúan. Moscú anunció haber recuperado el control de la región de Kursk, aunque Kyiv sostiene que sus fuerzas siguen combatiendo intensamente para preservar su posición estratégica en el área, vital para futuras negociaciones de paz.
Por su parte, el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, criticó las propuestas presentadas por Estados Unidos para un posible acuerdo, describiéndolas como “una capitulación”. En declaraciones a la cadena pública alemana ARD, Pistorius afirmó: “Ucrania por sí sola podría haber obtenido hace un año lo que estaba incluido en esa (propuesta de Trump), prácticamente mediante una capitulación. No puedo discernir ningún valor agregado”.
En cuanto al avance de las negociaciones, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, indicó que la próxima semana será “muy crítica” para determinar si se puede lograr un acuerdo de paz entre Moscú y Kyiv. Rubio agregó en una entrevista con NBC que “estamos cerca, pero no lo suficiente”, subrayando que aunque las partes están más próximas que nunca, aún persisten diferencias importantes.
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitry Peskov aseguró que “Rusia está lista para entrar en conversaciones de paz con Ucrania sin condiciones previas”, pero advirtió que Kyiv debe mostrar señales concretas para reanudar las negociaciones. Recordó que la Constitución ucraniana prohíbe concesiones territoriales, lo que complica los diálogos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reiteró que, aunque Ucrania carece actualmente de la fuerza militar para recuperar Crimea, cualquier concesión territorial sigue siendo una “línea roja” intransigente.
En paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó tras su reciente encuentro con Zelensky en el Vaticano que “quiere hacer un trato” para poner fin a la guerra. Trump, en declaraciones a la prensa, insistió en su llamado a Putin: “Quiero que deje de disparar, se siente y firme un trato”.
La situación sigue siendo incierta, mientras las partes involucradas intensifican los esfuerzos para alcanzar un acuerdo que ponga fin a más de tres años de conflicto.